La izquierda se ensaña con Gescartera

Por Pascual Tamburri Bariain, 27 de septiembre de 2001.
Publicado en El Semanal Digital.

El PSOE e IU redoblan sus ataques al vicepresidente segundo del Gobierno, Rodrigo Rato, en relación con el caso Gescartera. El ex-secretario de Estado de Hacienda Enrique Giménez-Reyna ha sido citado como imputado en el sumario que instruye la juez Teresa Palacios, en la Audiencia Nacional. Gaspar Llamazares y Jesús Caldera, en una nueva reedición del Frente Popular, denuncian al unísono que el asunto Gescartera implica «responsabilidades políticas» para Rato, e indirectamente para Aznar.

El presidente Aznar, a su vez, ha respondido con contundencia a las preguntas, y entre líneas ha prometido un cambio de rumbo. Giménez-Reyna es el primer integrante del Ejecutivo del PP que debe hacer frente a una acusación formal en cinco años de gobierno.

Jesús Caldera no oculta la «presunción de culpabilidad» que atribuye a Giménez-Reyna y a su entorno, tanto familiar como político e institucional. El PSOE quiere dar nuevas vueltas de tuerca a la petición de responsabilidades a Rato, en clave sucesoria. Además, está la venganza personal: hay que recordar que en la legislatura del 93 – 96 Rato fue el portavoz popular, acusador máximo de la corrupción socialista.

No hay unanimidad entre los socialistas en este tema, y las cautelas son muchas. Los juicios por la corrupción socialista no han terminado, y muchos temen el ridículo de la comparación entre la trama de Gescartera y los GAL, los fondos reservados y los varios «casos Roldán». Si el PSOE tuviese elementos reales para denunciar una supuesta financiación ilegal del PP, ya lo habría hecho. Si Aznar, por otro lado, no hubiese abierto la sucesión, habría ahorrado a sus potenciales herederos (Rato y Zaplana) muchas acusaciones que ahora se les dirigen.

Por Pascual Tamburri Bariain, 27 de septiembre de 2001.
Publicado en El Semanal Digital.