Los problemas internos de Batasuna

Por Pascual Tamburri Bariain, 12 de diciembre de 2001.
Publicado en El Semanal Digital.

La coalición terrorista admite en Navarra que su crisis acarrea problemas psicológicos a sus bases

La presión social pone contra las cuerdas a las bases de ETA

Es posible cualquier salida desesperada

Batasuna y sus organizaciones subsidiarias en Navarra (Segi, Ikasle Abertzaleak, LAB, y demás) se encuentran en una situación de desorientación, según reconoce un documento interno dado a conocer por el diario «El Mundo». Los súbditos políticos, sociales y económicos de Eta, a la defensiva, planean acciones por sorpresa con el fin de romper la situación de estancamiento y retroceso que sufren en la Comunidad Foral.

Según el documento, el movimiento abertzale en Navarra «se encuentra políticamente a la defensiva», y padece «problemas psicológicos» en su militancia. En su autocrítica, los líderes nacionalistas creen que sus problemas se deben a una «desorientación», ya que ni sus propios militantes comprenden cuál es la meta actual de sus afanes. Hay, en suma, un problema de «comunicación» entre la dirección proetarra y sus bases, y entre éstas y el resto de la sociedad.

No es para menos. Mientras que Batasuna, oficialmente, sigue una línea pacifista – al estilo de Elkarri, y del benemérito Kantauri -, sus cuadros intermedios siguen anclados en el movimentismo armado de los 80 y en la bronca callejera de los 90. Lógicamente, no se aclaran ni ellos mismos.

¿Qué pasa además en Navarra? En Navarra, Batasuna y todos sus adláteres, incluyendo los allí muy minoritarios EA y PNV, chocan con una realidad doblemente hostil. Políticamente, la mayoría popular y las instituciones democráticas son completamente ajenas, sin fisuras ni visos de cambio, a las tesis nacionalistas. En el terreno social y cultural, mucho más grave, los nacionalistas han dejado de marcar la agenda de Navarra, han dejado de ser el centro de los debates y el perno de los cambios, para convertirse en una minoría exótica y aislada.

Esto no siempre fue así. Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que los nacionalistas, amparados en el silencio de la mayoría, en el dinero de Vitoria y en las armas de Eta, canalizaban todas las propuestas, todas las propuestas y todas las tendencias sociales. Siendo una minoría política y social, condicionaban las decisiones y las modas. Y esto terminó cuando, tímidamente, el pueblo navarro empezó a reaccionar.

Por Pascual Tamburri Bariain, 12 de diciembre de 2001.
Publicado en El Semanal Digital.