Crisis institucional vasca

Por Pascual Tamburri Bariain, 20 de diciembre de 2001.
Publicado en El Semanal Digital.

Los nacionalistas no son capaces, por segundo año consecutivo, de aprobar los Presupuestos del País Vasco

Los intereses de la gente se están sacrificando al proyecto independentista

El presidente Ibarreche muestra al PSE su deseo de negociar a partir del «respeto mútuo»

Juan José Ibarreche no puede gobernar. Olvidando su radicalismo nacionalista, ha expresado ahora al PSE su «disposición a la negociación y al pacto sobre todos los problemas del país» con una sola condición, «el respeto mútuo a los postulados políticos de cada cual». rechazado aparentemente por Batasuna, el lehendakari descarta pactar los Presupuestos con PP y únicamente baraja la hipótesis de un pacto con el PSE, aunque en mayo aseguró que, sin un acuerdo de fondo, no habría alianzas puntuales con los socialistas.

El presidente del parlamento vasco, Juan María Atucha, ha tratado de constituir el pleno para debatir las enmiendas de totalidad al Presupuesto, lo que no ha sido posible por falta de quórum al no estar ocupados más de la mitad de los escaños, los correspondientes a PP, PSE y Batasuna. Para intentar poner fin a esta situación, el lehendakari tiene previsto reunirse mañana con los portavoces de los grupos parlamentarios, incluidos los de PNV, EA e IU-EB. Su iniciativa, según explicó el portavoz del Gobierno, Josu Jon Imaz, está enfocada a «hacer un llamamiento a la responsabilidad» para que las fuerzas de la oposición «cesen en este empeño de boicotear el Parlamento».

Cambio de actitud del lehendakari

El jefe del Ejecutivo autonómico se entrevista con todos los grupos pero en su horizonte sólo figura la posibilidad de un acuerdo con el PSE, después de que él mismo descartara ayer una vez más eventuales alianzas con PP. Por contra, Ibarreche trasladó al partido de Redondo Terreros «nuestra disposición a la negociación y al pacto sobre todos los problemas del país» y le hizo saber que su predisposición incluye la posibilidad de acuerdos «partiendo solamente de un supuesto, el respeto mútuo a los postulados políticos de cada cual».

La actitud del lehendakari respecto al PSE supone un cambio respecto a su posición anterior, que él mismo fijo en mayo tras su triunfo en las urnas el día 13. Diez días después de las elecciones, durante una reunión con Redondo Terreros, Ibarreche comunicó al líder del PSE que su objetivo iba a ser «la búsqueda de acuerdos de fondo, y no de consensos puntuales», acuerdos de fondo para los que sería imprescindible que el PSE asumiera los tres principios electorales de la coalición PNV-EA, incluido el respeto a la voluntad de la sociedad vasca.

Pero el lehendakari no sólo se dirigió al PSE, sino también a Batasuna, grupo al que comunicó una vez más que «sólo será posible acordar con ellos iniciativas políticas institucionales cuando tengan un compromiso ético y moral con la defensa de la vida y de los derechos humanos y libertades de todas las personas». Arnaldo Otegui expresó su malestar con el contenido de esa nota y anunció que «le responderemos por escrito», pero no sin adelantar que «en Batasuna no estamos dispuestos a recibir lecciones de ética y moral de nadie de los presentes en este Parlamento», ya que «el Gobierno conoce al detalle nuestra disposición para superar el conflicto en términos democráticos». En otros términos, Ibarreche prefiere aún a Batasuna como aliado, pero sabe que sin una tregua de Eta y sin un nuevo clima internacional no puede permitirse ese lujo.

El PP debe servir ahora al PSE de ejemplo de coherencia. El PSE no puede servir de muleta a la «construcción nacional», y menos en un momento de grandes cambios. Al ser declaradas ilegales las actividades de las Gestoras Pro Amnistía todo el mundo nacionalista tiembla, pues con los mismos argumentos pueden ser puestos fuera de la ley muchos grupos, incluso de la órbita gubernamental. Grupos financiados con los Presupuestos vascos, por cierto.

Por Pascual Tamburri Bariain, 20 de diciembre de 2001.
Publicado en El Semanal Digital.