Por Pascual Tamburri Bariain, 27 de diciembre de 2001.
Publicado en El Semanal Digital.
La PAC vigente termina en 2006 y debe renovarse teniendo en cuenta las nuevas adhesiones
La negociación está estancada
La opinión pública ve con recelo las subvenciones agrarias
La vida rural depende en un 50% del dinero de Bruselas
El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, está tratando de sembrar esperanza entre los agricultores asegurando que la Política Agraria Común (PAC) no va a sufrir cambios hasta 2006, y anuncia que con los países que se incorporan a la UE se abre un nuevo mercado para las exportaciones.
Estos datos son objetivamente falsos: los nuevos países socios, agrícolas en buena parte, son competidores en muchas gamas de productos, y habrán de compartir con España el actual meontante de las subvenciones agrarias.
Cañete, ante los directivos de la Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (ASAJA), en el Pabellón Ferial de Ciudad Real, ha explicado que actualmente se están cerrando las negociaciones de ampliación de la UE, y que España considera a los países candidatos como «aliados potenciales» en el contexto de la agricultura comunitaria. Según explicó el ministro de Agricultura, con estos países se abre un nuevo mercado para las exportaciones con más de 100 millones de consumidores de cara a las producciones españolas fundamentales como son el aceite de oliva, el vino o las frutas y hortalizas.
Pero los productos propios de la España interior, montañosa y atlántica, es decir, cereales, carne y lácteos, serán barridos del mercado. Por otra parte, los productos mediterráneos que sí son competitivos tienen que afrontar la desleal competencia marroquí, turca y argelina, en virtud de acuerdos europeos que no interesan a España.
El Ministerio de Agricultura, a las órdenes de Bruselas
El secretario federal de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Fernando Moraleda, ha criticado la gestión del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en los últimos años «que no ha dejado de ser una oficina de Bruselas», y esto es malo a su juicio, «porque la existencia de la PAC no significa que no tenga que existir una política agraria española» como la que aseguró que sí disponen otros países europeos con mejores ratios de productividad como Alemania o Francia.
«Ahora hay un vacío de política agraria nacional y es imprescindible una política agraria, propia para España, que coopere con la política agraria común, pero que identifique las peculiaridades españolas y sus ventajas», afirmó.
Asimismo, lamentó la falta de cooperación real del Gobierno con las Autonomías, debido a que «el Gobierno tiene una visión más político partidista que una visión de Estado y a las regiones no se las puede ver como contrincantes sino como cooperantes en este campo» y citó el caso concreto del maíz, que dijo ser «el ejemplo paradigmático de lo que no se debe hacer en Política Agraria».
Por Pascual Tamburri Bariain, 27 de diciembre de 2001.
Publicado en El Semanal Digital.