Por Pascual Tamburri Bariain, 4 de febrero de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.
Eta está quedándose desarmada, pero hay que temer una nueva ofensiva
La tregua es inminente, y el PNV la prepara con Batasuna
Los socialistas se encuentran ante la trampa nacionalista. Estella 2 tienta a Ferraz
Eta no levanta cabeza. Comandos desarticulados, enormes cantidades de explosivos y de armas recuperados, Francia y España cooperando sin vacilaciones. Los éxitos policiales y de información hacen prever una derrota «militar» de la banda terrorista, a medio plazo. Una sensación de alivio se extiende en la sociedad española.
La verdadera amenaza siguen sin embargo en pie. Eta dispone de capacidad de matar. Eta va a matar, probablemente en una nueva ofensiva, porque debe hacerlo para poder después declarar una tregua. Una organización derrotada totalmente no puede aspirar a treguas ni pactos, y el nacionalismo lo sabe. Por eso la ofensiva armada de Eta va a ir acompañada de una ofensiva política general del nacionalismo.
Jaime Mayor Oreja,ve próxima una «nueva trampa de Eta». Para él, la crisis del Partido Socialista vasco «precipita las ganas» en ciertos sectores del País Vasco de forjar un «nuevo escenario». Además, el ex ministro del Interior advierte de que la convergencia entre el Partido Nacionalista Vasco y Batasuna dará sus frutos tarde o temprano. Mayor cree que el tiempo de una «nueva trampa ya va llegando» y que tendrá como fin, «sea lo que sea», aislar definitivamente al PP.
La actitud de Batasuna en los presupuestos vascos, y la del PNV en torno al Concierto están encaminadas a marginar a los populares. Para Mayor Oreja el PNV trabajará en tres etapas. «La primera consistía en decir que la autonomía estaba en decadencia; la segunda, en deslegitimar la autonomía; y la tercera, la que falta y la que se encuentra entre la legalidad y la ilegalidad, consiste en llevar a cabo un referéndum por la autodeterminación». En todo esto el PNV trabaja con Batasuna, con Eta, con EA y con algunos dirigentes socialistas.
Para la «construcción nacional» de la coalición «estellesa» (PNV-Batasuna-EA-Eta, e hipotéticamente sectores del PSE), son decisivas las elecciones municipales de 2003. Y Eta hace en esto su parte. El único edil del PSE/EE en Lazcano (Guipúzcoa), José Antonio Dopazo, ha dimitido tras haber sufrido amenazas. Desde que Eta rompiese la tregua el 3 de diciembre de 1999, los socialistas han perdido 17 concejales en el País Vasco. El resto de formaciones (especialmente el PP) se han quedado sin otros 28 ediles. Y además están los muertos. ¿Serán realmente democráticas las próximas elecciones?
De democracia, realmente, Arzallus entiende poco. La dirección del Partido Nacionalista Vasco reunida la semana pasada aclamó el último documento de Batasuna con propuestas sobre la autodeterminación, al tiempo que decretaba la expulsión de sus filas de Emilio Guevara por defender el Estatuto de autonomía y denunciar el «fundamentalismo» de Javier Arzallus. Guevara fue uno de los dirigentes nacionalistas más carismáticos de la Transición y con gran poder e influencia en el partido en la década de los ochenta. Profundamente autonomista y con un talante integrador y pactista, participó por encargo del PNV en la ponencia redactora del Estatuto de Guernica. Pero ese estatuto, como la Constitución, ya ha cumplido su vida útil en opinión del nacionalismo: quieren nuevos instrumentos para destruir España y levantar su entelequia. Y los están forjando.
Por Pascual Tamburri Bariain, 4 de febrero de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.