Por Pascual Tamburri Bariain, 25 de febrero de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.
La unidad de acción nacionalista da la razón a Eta
El PNV de Arzallus, los socialistas y la extrema izquierda actúan de acuerdo con Batasuna. «No hay más patria que la humanidad», hacen decir a sus jóvenes, para agrado de Arzallus y Otegui. Coaligados, dirigen el País Vasco y presionan en Navarra. Todos piensan que la «construcción nacional» es un buen negocio. Mientras, Eta sigue derramando sangre. ¿Qué puede hacer el Gobierno?
El nacionalismo mata, hiere y destruye. En el País Vasco no se mata en nombre de Eta y de Batasuna, sino en nombre de una nación inventada por el PNV, arropada por lo más granado del marxismo europeo y acunada por un Felipe González obsesionado por volver a la Moncloa incluso al precio de renunciar a cuatro provincias españolas y de destruir la unidad nacional.
Los planes inmediatos del nacionalismo no son secretos. Eta va a seguir matando, o al menos intentándolo. Después, cuando ya haya dado muestras suficientes de capacidad destructiva, vendrá una nueva tregua-trampa. El marco político de esa tregua vendrá dado por un nuevo «pacto de Estella», que unirá a todos los separatistas y, si las cosas van como Arzallus, González y Jáuregui desean, también a toda la izquierda española. El resultado final del proceso sería la autodeterminación, vía plebiscito o vía asamblea de municipios.
El nacionalismo no oculta sus cartas. Tampoco lo hacen los socialistas que liquidaron a Nicolás Redondo. El PSOE, oficialmente, está propugnando una estrategia tibia y meramente defensiva, que haga de la lucha contra Eta una mera cuestión policial y de orden público, precisamente en un momento en el que el conflicto adquiere especial virulencia institucional, cultural y si se quiere militar. El PSOE no quiere que José María Aznar gane la guerra: prefiere perderla, y aliarse con el nacionalismo para obtener míseras ventajas políticas y económicas.
Para bien y para mal hay socialistas distintos de Zapatero. El socialismo vasco de a pie sabe que no puede esperar nada de los señoritos del PNV. Sin embargo, el socialismo burgués de Bilbao y especialmente de Madrid se llena la boca con un imposible diálogo y se muestra dispuesto a las más bajas concesiones. Millones de socialistas españoles se sorprenderían de ver el servilismo que algunos de sus líderes máximos muestran hacia el nacionalismo.
Ese servilismo es el mayor obstáculo en la lucha contra Eta y el nacionalismo. El sábado 23 de febrero, en Bilbao, se celebró una manifestación convocada por los jóvenes de todos los partidos democráticos, incluyendo al PNV y EA que no son ahora mismo una garantía de pluralismo. Su lema fue «No hay más patria que la Humanidad». En las obtusas mentes de los dirigentes nacionalistas, ese lema, debido al joven Eduardo Madina, equivale a un reconocimiento por parte de los españolistas de que España no es la patria de todos. Poner al mismo nivel el patriotismo español y el etarra supone dar la razón al PNV y su «moderado» independentismo, a Elkarri y su aséptico y falso pacifismo. Los socialistas, promotores del evento, también lo saben.
Deben recordarlo también los populares. Nuevas Generaciones, pese a declararse en contra del lema y de su significado profundo, pese a no convocar la manifestación y a no presidirla, acudió a la cita. Hace falta más gallardía y más claridad de ideas. Durante unos años la conjunción entre un PP ascendente y un PSE responsable ha dado esperanzas a la mayoría silenciosa de vascos sin libertad. El PNV está consiguiendo acabar también con esa esperanza, y el PP se está quedando solo frente a los independentistas y sus adláteres.
En Navarra se está viviendo el ensayo general de la coalición social-nacionalista. El Gobierno de Navarra cuenta sólo con sus propios votos, la mayoría parlamentaria relativa de Unión del Pueblo Navarro. En las últimas semanas un bloque unido de la oposición, incluyendo a Batasuna y al PSOE, está imponiendo sus decisiones. Abiertamente se está negociando un posible gobierno de coalición en 2003, si el centro-derecha no consigue la mayoría absoluta y si Eta declara una tregua. ¿Qué pasaría si Navarra y el País Vasco tuviesen al mismo tiempo gobiernos nacionalistas?
El PP es el único partido parlamentario, junto con UA y UPN, que ha mostrado la firme decisión de erradicar el terrorismo. Estos tres partidos afirman que el problema no es sólo Eta, sino el conjunto de fuerzas nacionalistas, apoyadas ahora en la cleptocracia socialista. El separatismo está empleando todas sus fuerzas en la ejecución de un plan ilegal e ilegítimo, que sólo puede ser derrotado por los medios del Estado y por una movilización patriótica española.
Contra la opinión de Zapatero y de González, quedan españoles dispuestos a pensar en su deber y en el futuro del país más que en su parcelita de poder o en sus cuentas bancarias. Hay que decirlo en todos los foros: para los vascos de buena fe, «no hay más Patria que España».
Por Pascual Tamburri Bariain, 25 de febrero de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.