Udalbiltza contra España

Por Pascual Tamburri Bariain, 16 de abril de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.

La asamblea de cargos electos nacionalistas dirigirá el proceso de autodeterminación

Udalbiltza celebra en San Sebastián si primera asamblea general

Todo el nacionalismo, de acuerdo en «impulsar la transición a otro marco jurídico-político»

La pluralidad política sólo vale dentro del campo nacionalista

El primer objetivo: aislar a los españolistas y acercarse a los terroristas

La institución supramunicipal promovida por el PNV y EA, reuniendo a sus cargos públicos del País Vasco, Navarra y el País Vasco francés, aboga por superar, a través del «desbordamiento democrático», los actuales marcos jurídico-políticos español y francés. El objetivo de Udalbiltza es «alcanzar mediante proyectos viables y concretos respaldados por el apoyo mayoritario de la ciudadanía» una etapa de «transición en la que se reconozca y haga efectiva la plurinacionalidad».

Así lo anunció el domingo 14 de abril su presidente, Jon Jáuregui, durante la asamblea general que reunió a 508 electos municipales nacionalistas en el nuevo Kursaal de San Sebastián. Como punto de partida, se aprobó por unanimidad el plan de trabajo para 2002 que contará con un presupuesto de 1.281.393 euros.

Al acto del Kursaal, que comenzó con un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la violencia (¿De todas? ¿De algunas? ¿Hay otra violencia que no sea la del propio nacionalismo?) asistieron entre otros, el portavoz del PNV, Joseba Eguibar; y la presidenta de EA, Begoña Errazti, y como numerosos alcaldes de municipios vascos. No todos, porque la sesión se celebró exclusivamente en vascuence, idioma que no todos los electos nacionalistas dominan.

Los planes de Udalbiltza

Udalbiltza aboga por «la defensa de los derechos fundamentales de todas las personas y el respeto a la pluralidad de opciones y tradiciones políticas que se dan en nuestro país» para dotar a «Euskal Herria» de un «marco de soberanía en el que se garantice su capacidad de decidir por sí misma en un mundo globalizado e interdependiente». Añaden, eso sí, que todo esto será «a través de vías exclusivamente democráticas, pacíficas y políticas».

El texto aprobado por Udalbiltza lamenta la «división que sufre Euskal Herria», entre Francia y España, «subdividido en dos realidades autonómicas en uno de ellos, y sin ni siquiera reconocimiento administrativo en el otro» y denuncia que pese a formar parte de dos Estados europeos «la UE se resiste a admitir su soberanía imponiendo modelos de convivencia colectiva».

Además, la declaración leída por Jáuregui alerta de que «algunos territorios vascos y, dentro de ellos, elementos claves de nuestra identidad colectiva, como el euskera, están sufriendo desde la desidia hasta la persecución institucional».

Planes de coordinación institucional

«Como electos vascos pertenecientes a un mismo pueblo», los alcaldes y concejales de Udalbiltza abogan por «mirar más allá de sus respectivos pueblos y ciudades, y colaborar entre los distintos municipios vascos en materia de infraestructuras, de ordenación del territorio, medio ambiente, educación, promoción económica o en política lingüística».

«No podemos colaborar en Zuberoa, en Ezkerralde, en Bidasoa, en Trebiño o en Nafarroa. ¿Por qué? ¿No formamos parte del mismo pueblo?». Según ellos, «las naciones construidas de abajo arriba, guiadas por principios de respeto y solidaridad, principios asociativos o federativos, no sólo no se debilitan y fragmentan sino que resultan más fuertes y cohesionadas». Udalbiltza propone, de este modo, abiertamente, contruir instituciones para un futuro estado vasco a partir del control del poder municipal y provincial.

«Sin exclusiones de nadie»

En la reunión de San Sebastián faltaban los cargos electos municipales de Batasuna, aunque sí había sido invitados, junto a EA y PNV, los miembros de Aralar, Batzarre, Zutik y Abertzaleen Batasuna: los presuntos disidentes de la «izquierda abertzale».

Begoña Errazti se mostró públicamente partidaria de que «nadie quede excluido de nada» y de que «Udalbiltza se enriquezca con los contactos y aportaciones de todas las fuerzas políticas que construimos este país». Es decir, de todos los nacionalistas, y sólo de ellos.

En aparente polémica con los proetarras, los partidos de Udalbiltza dicen que «quedó demostrado que EH no pretendía impulsar los trabajos de Udalbiltza, sino crear su propia Asamblea». Desde el divorcio, los integrantes de Udalbiltza deben firmar una declaración de defensa activa de «todos los derechos humanos de todas las personas», que equivale a una elíptica y suave condena del terrorismo, aún no suscrita por Batasuna.

Udalbiltza ante la Ley de Partidos y ante el futuro

Avanza imparable la ley de Partidos que debería permitir la ilegalización de Batasuna. Es un decir, porque fuera de la Ley está hace décadas todo su entorno político: se trata de hacer políticamente posible lo que legalmente era una obviedad.

El Consejo General del poder Judicial ya se ha pronunciado. Llega el turno de los políticos. El portavoz parlamentario del PNV, Iñaki Anasagasti, declaró que, a su juicio, el Gobierno no debería llevar al Consejo de Ministros este proyecto, que refleja «una lucha electoral contra el nacionalismo para tratar de condicionar la política y para que el PSOE no se mueva un milímetro».

Por su parte, el secretario general del PP, Javier Arenas, insistió en instar al PSOE a «abandonar las excusas y a clarificar cuanto antes su posición respecto al proyecto de Ley de Partidos Políticos». «Cuanto antes clarifique el PSOE su posición, pues mejor que mejor, pues sabremos dónde estamos y dónde no, y si se respetan los acuerdos alcanzados», agregó.

El revuelo político es considerable en el País Vasco y en Navarra ante las elecciones de 2003. Elecciones municipales que la disolución de Batasuna (con la previsible reagrupación del voto nacionalista), las vacilaciones del PSOE y los planes de Udalbiltza convierten, en muchas localidades, en un enfrentamiento plebiscitario de hondo calado. EA, Aralar, AB, Batzarre y Zutik, previsibles herederos del voto etarra, se han reunido en el sur de Francia para planificar su postura «en el camino a la autodeterminación».

Para Gorka Knörr, de EA, «se trata de un compromiso de los cinco partidos firmantes para trabajar desde hoy sobre las bases de un proceso soberanista no armado para Euskal Herria», en referencia al manifiesto emitido el día 25 en San Sebastián, en el que exigían a ETA una «tregua inmediata e indefinida». Por su parte, el portavoz de Batasuna en Navarra, Pernando Barrena, ha declarado que «el Gobierno español hace una apuesta en favor de la guerra, con el intento de ilegalización» de la formación, y advirtió al presidente Aznar de que, «bajo cualquier circunstancia, tendrá enfrente a la izquierda abertzale». El dirigente etarra apuntó que «la respuesta de Batasuna será la iniciativa política, para construir un nuevo cinturón de hierro y un muro de contención antifascista ante la nueva falange española del PP y de UPN». Retórica de guerra ante un difícil año electoral.

Por Pascual Tamburri Bariain, 16 de abril de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.