Por Pascual Tamburri Bariain, 9 de julio de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.

El viernes 12 de julio el parlamento vasco celebra en Vitoria un pleno extraordinario. Juan María Atutxa, presidente de la cámara, ha prolongado el período hábil para hacer que el dictamen de los partidos nacionalistas sobre la autodeterminación se debata y se someta a votación antes de que José María Aznar de inicio en Madrid al debate sobre el estado de la Nación, el lunes 15. Por una vez, la culpa no es de Baltasar Garzón, porque todo estaba previsto y diseñado desde antes de su último auto.

PNV, Eusko Alkartasuna e Izquierda Unida han elaborado un texto que reivindica nuevas transferencias de competencias y afirma el principio soberanista: «los vascos y sólo los vascos deben decidir su futuro». Joseba Egibar ya anunció en noviembre que Juan José Ibarretxe cumpliría en 2002 su compromiso electoral independentista, asumido el anterior 13 de mayo.

En nombre de EA, Gorka Knörr ha informado de que ya está pactado el apoyo de Batasuna al texto nacionalista. Basta que Batasuna se abstenga o vote con el bloque nacionalista para que el parlamento vasco se coloque, de hecho, fuera de la legalidad vigente. Ya lo ha hecho en comisión el lunes 8: con Batasuna, los nacionalistas han presentado un ultimatum de dos meses a José María Aznar. Si el gobierno vasco, espoleado por Javier Arzallus, trata de hacerse unilateralmente con el control de competencias del Estado o ayuda a HB a violar la Ley, la situación será inédita.

Los portavoves de Ajuria Enea, Iñaki Anasagasti y Josu Jon Imaz, han desistido en su intento de ofrecer un «rostro amable» antes las víctimas y los no nacionalistas. Joseba Azkarraga ha dicho que «el conflicto institucional con Madrid será inevitable». Cada vez más, el rostro del frente nacionalista es el de Arnaldo Otegi. Si los nacionalistas dicen y hacen el 12 todo lo que tienen pensado, Aznar tendrá que dar una respuesta en el Parlamento y Mariano Rajoy en la calle. Y mientras, los Sanfermines siguen entre escalofríos.

Por Pascual Tamburri Bariain, 9 de julio de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.