Por Pascual Tamburri Bariain, 19 de agosto de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.
Eslovenia y Croacia están al borde de la guerra. Tal vez no tanto, pero el trazado de la frontera entre las dos repúblicas ex-yugoslavas en la bahía de Piran ha despertado viejos fantasmas precisamente en dos candidatos a la integración en la Unión Europea.
Los errores del pasado se pagan caros. Istria, una región con personalidad histórica y cultural bien definida, fue dividida artificialmente por el mariscal Tito. Su población originaria, italiana, fue deportada o asesinada al término de la Segunda Guerra Mundial. Pirano, ahora Piran, no era una ciudad eslovena ni croata, sino un viejo puerto veneciano.
En Istria, a ambos lados de la frontera, es hoy electoralmente mayoritaria la Dieta Democrática Istriana, un partido multiconfesional y multilingüístico. Las minorías italiana y serbia, especialmente, han demostrado mayor amplitud de miras que los partidos nacionalistas eslovenos y croatas. Piran no puede ser ni sólo croata ni sólo eslovena, sino europea, en la medida en que las repúblicas eslavas quieran pertenecer al gran espacio político y económico que se está construyendo del Atlántico a Vladivostok
Por Pascual Tamburri Bariain, 19 de agosto de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.