Por Pascual Tamburri Bariain, 20 de octubre de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.
El plan de Ibarretxe depende de las dos provincias forales
Ibarretxe y Otegui están de acuerdo: la independencia ha de incluir Navarra
Navarra es la tierra prometida del nacionalismo vasco. Pero, tras cuarenta años en el desierto, no sólo Navarra está muy lejos de aceptar el proyecto de Juan José Ibarretxe, sino que Álava se separa cada vez más de la Arcadia nacionalista. Los alaveses y los navarros, por sí solos, se han mostrado capaces en más de una ocasión de detener y de hacer retroceder las pretensiones de Javier Arzallus.
Esto es importante ahora, y puede serlo más en el futuro. Si algún día otro Gobierno en Madrid se muestra amistoso hacia el PNV, alaveses y Navarros sólo podrían contar con sus propias fuerzas democráticas. esto no lleva camino de suceder. Pero alguien podría recordar a José Luis Rodríguez Zapatero las jugosas concesiones que el centro-izquierda de Unión de Centro Democrático hizo al nacionalismo, con recíprocas ventajas. Navarra dijo entonces «no». Álava no pudo.
El presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, ha ratificado la «validez y vigencia del marco constitucional y de la vía estatutaria como manifestación de un marco estable de convivencia, que reconoce la pluralidad de las nacionalidades y regiones que lo integran y que ha posibilitado el acceso a un régimen de derechos fundamentales y libertades públicas, propias de un Estado social y democrático». No hay dudas de la lealtad constitucional y nacional de la mayoría de los navarros, más del 85%. Aunque el PSOE debería ser más claro en todas las ocasiones.
«Comando Nafarroa»
El 15% restante tiene otra forma de ver las cosas. La mayoría de los hablantes nativos de vascuence, por cierto, no vota a los nacionalistas, sino a Unión del Pueblo Navarro. El idioma y la cultura no son patrimonio de los nacionalistas. Es más: muchos nacionalistas no hablan vascuence, o meramente lo farfullan. Y por supuesto son ajenos al medio rural tradicional vascoparlante, viven en ciudades y trabajan en la industria o los servicios. Es el rostro que el nacionalismo menos quiere presentar.
Menos aún se recuerda que, en cuanto a hablantes genuinos de vascuence, en Álava son menos que en Navarra en número y en porcentaje. Sin embargo, la administración vasquista en Álava impone a los niños y a los administrados un idioma que no es el de la provincia.
El terrorismo nacionalista vasco también tiene su rostro navarro. Un muerto reciente en Leiza. Un atentado con lanzagranadas aún más reciente en Urdax. Un comando operativo. Cientos de concejales y de cargos públicos amenazados. Muchos con escolta. Y la propuesta de Ibarretxe no habla a los navarros de esa realidad cruel.
La polémica del vascuence
El Gobierno de UPN ha tratado de corregir por decreto la privilegiada situación del vascuence en la Administración. En efecto, durante los años de gobierno socialista se introdujeron normas similares a las existentes en el País Vasco, dando acceso a la Función Pública en muchas ocasiones por «méritos lingüísticos». Tras un tormentoso recorrido político y judicial, la nueva norma trata de garantizar la equidad y de frenar el masivo acceso de nacionalistas vascoparlantes a la Administración, en especial educativa.
El proyecto de nuevo decreto incluye una disposición adicional que subraya que «la adecuación» de todos los aspectos, incluyendo la rotulación en castellano «se realizará por las diferentes administraciones de forma progresiva e ininterrumpida, hasta su total cumplimiento».
Nafarroa Oinez: la ofensiva cultural nacionalista
Una vez al año, los nacionalista se congregan en un lugar de Navarra para celebrar una fiesta y recaudar en ella fondos para una ikastola. El domingo 20 la localidad agraciada ha sido Fontellas, a orillas del Ebro, a 90 kilómetros de Pamplona y a sólo 35 de Zaragoza. En Fontellas, como en toda la Ribera de Navarra, jamás se ha hablado vascuence. Hasta que llegaron los nacionalistas.
Textos adicionales
Nafarroa Oinez: los nacionalistas en sus propias palabras
«Los entusiastas padres y madres de la ikastola Argia llevan todo un año trabajando para que la fiesta del día 20 sea un éxito y se consiga el objetivo de recaudar los fondos necesarios con los que acometer la mejora de las instalaciones deportivas de este centro educativo euskaldun ubicado en Fontellas.»
«A pesar de la falta de apoyo institucional del Gobierno de UPN y las permanentes trabas que impone la Ley del Vascuence -con su delimitación de esta zona de Nafarroa como «no vascófona» – 230 niños y niñas de la Ribera están cursando sus estudios y por tanto formándose en euskera en los niveles de Primaria, Infantil y ESO.»
«Argia lleva 18 años luchando para conseguir su plena oficialidad pero de momento no lo ha conseguido. Sus alumnos dependen de la Ikastola Paz de Ziganda y el centro se mantiene gracias a las aportaciones de los padres, en situación alegal, imposibilitado para acceder a las ayudas oficiales destinadas a infraestructuras y ampliación de recursos humanos.»
«»Hemos preparado un circuito precioso, que transcurre por una zona con mucha agua, árboles y sotos, junto al Ebro, que a buen seguro va a sorprender muy positivamente a todos los que nos visiten. Además, hemos programado más de 40 conciertos y espectáculos para todos los gustos»». La fiesta de este año tiene como lema: «Muga guztien gainetik» y con él la Ikastola Argia quiere incidir «en el el agravio comparativo que sufren los euskaltzales de la Ribera. ¿Por qué nos discriminan lingüísticamente con leyes como la del Vascuence si somos igual de navarros y contribuyentes que los del Baztán?»
Por Pascual Tamburri Bariain, 20 de octubre de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.