Huelga contra la Calidad en la Educación

Por Pascual Tamburri Bariain, 3 de noviembre de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.

La izquierda se une para defender el modelo socialista: menos exigencia académica, menos medios, menos orden en la enseñanza

La Ley de Calidad defiende tímidamente un retorno a la «cultura del esfuerzo» y a la valoración objetiva de los méritos de estudiantes y profesores

Los españoles respaldan masivamente el proyecto del Gobierno.

Mientras prosigue el trámite parlamentario de la Ley de Calidad, los sindicatos de clase, el Sindicato (socialista) de Estudiantes y las organizaciones de izquierda se han echado a la calle contra Pilar del Castillo. Los dogmas progresistas (igualdad entendida como uniformidad, lucha contra todo mérito y toda distinción) parecen dominar las movilizaciones, que sólo en apariencia son masivas.

El pasado 26 de julio se aprobó en Consejo de Ministros el proyecto de Ley de Calidad de la Educación. El trámite parlamentario en comisión ha concluido. La ley de Pilar del Castillo va a salir adelante con un impecable refrendo democrático. Este proyecto de Ley ccumple en parte los compromisos electorales del partido Popular, para dar a España un sistema edicativo eficaz, moderno y europeo (reválida, itinerarios, más disciplina, etc.)

El Partido Popular ha salido a la palestra para defender la Ley. Frente al laxismo imperante, frente a la desmoralización de los profesores y a la holganza de los alumnos, se propone un retorno a la «cultura del esfuerzo»: los méritos de unos y otros tendrán su valoración y recompensa dentro del propio sistema. La Reválida es necesaria. Los intinerarios son imprescindibles para una educación de calidad. El deterioro de la convivencia y de la exigencia ha de detenerse.

Los ejes de la reforma

1.- Valores: «… los valores del esfuerzo y de la exigencia personal constituyen condiciones básicas para la mejora de la calidad del sistema educativo, valores cuyos perfiles se han ido desdibujando a la vez que se debilitan los conceptos de deber, de la disciplina y del respeto al profesor».

2.- Evaluación del sistema educativo, tanto de los centros como del rendimiento de los alumnos. Se trata de eliminar la «promoción automática» con «procesos objetivos de evaluación», incluyendo una Prueba General de Bachillerato (PGB) o reválida. Hasta hoy, gracias al PSOE, un alumno sin conocimientos básicos y con faltas infantiles de comprensión y ortografía puede cursar el bachillerato.

3.- La estructura del sistema educativo. «El sistema educativo debe procurar una configuración flexible, que se adapte a las diferencias individuales de aptitudes, necesidades, intereses». «La propia diversidad del alumnado aconseja una cierta variedad de trayectorias». «La Ley consiste en reforzar significativamente un sistema de oportunidades de calidad para todos, empezando por la Educación Infantil y terminando por los niveles postobligatorios».

4.- La función docente. Es evidente la necesidad de prestigiar la labor de los profesores y de aumentar su reconocimiento social, además de darles más autoridad (fundamentalmente a los directores).

5.- Fortalecimiento institucional de los centros educativos y la Autonomía de los Centros educativos. Para ello quieren profesionalizar la labor del director, como representante de la Administración. Los órganos de gobierno de un centro académico no pueden ser electivos y caóticos, ni pueden dar cabida igualitaria a alumnos, padres y profesores.

Nace la huelga

A lo largo del curso pasado los dirigentes sindicales del Sindicato de Estudiantes, CCOO, UGT, STEs, CGT, CIG y la CEAPA plantearonconvocar una Huelga General contra Pilar del Castillo. La convocatoria de huelga de profesores y estudiantes del 29 de octubre es un paso para poder dar la batalla contra la Ley de CalidadLa movilización de la izquierda es total.

Sin embargo, cientos de miles de estudiantes no harán huelga. Otros la harán engañados o coaccionados. Y, por supuesto, los Colegios de Licenciados y Doctores y los Sindicatos profesionales e independientes, así como las Asociaciones de Padres mayoritarias no participarán en la huelga. Porque desde el sector se percibe la necesidad de la Ley, o de una Ley incluso más drástica.

La opinión del PP

La secretaria ejecutiva de Igualdad de Oportunidades y Educación del PP, Sandra Moneo, ha denunciado que «el PSOE sólo quiere paralizar la Ley de Calidad, una reforma educativa necesaria», y reiteró que el proyecto de Ley está siendo debatido «con la mayor participación por parte de todos los grupos parlamentarios y la comunidad educativa, dentro de los plazos establecidos». La responsable de Educación del PP ha apelado a la «responsabilidad» del PSOE, un partido «cuyo único objetivo es buscar argucias para engaÒar a los ciudadanos». Sandra Moneo ha recordado, finalmente, que «el proyecto de Ley de Calidad se publicó en el Boletín Oficial del Congreso de los Diputados el 31 de julio y el plazo de presentación de enmiendas, que finalizaba el 18 de septiembre, se amplió cuatro veces». La oposición del PSOE es ideológica, no fundamentada, y totalmente demagógica.

El Sindicato de Estudiantes ¿PSOE o Batasuna?

El Sindicato de Estudiantes es extremadamente minoritario. No representa a nadie, excepto a sus ya canosos dirigentes, que cursaron su Bachillerato hace ya muchos años. Sin embargo, es el único sindicato estudiantil operativo. Y es un sindicato de izquierdas, mimado por el PSOE y pacientemente aceptado por el PP como interlocutor.

Sin embargo, no se trata sólo de una sucursal del PSOE y de las juventudes Socialistas. Al menos, es de esperar que no sea así. El manifiesto que convoca la huelga estudiantil de hoy, martes 29, termina con la reivindicación, ciertamente alejada de las preocupaciones estudiantiles de «NI UNA BALA, NI UN SOLDADO, NI UN EURO PARA LA GUERRA IMPERIALISTA CONTRA IRAQ». Muy indicativo de por dónde van los tiros.

Pero hay más. Mucho más. El PSOE ampara al Sindicato de Estudiantes. Y el Sindicato de Estudiantes dedica todas sus energías a … defender a Eta. Durante los últimos meses, el SE ha dedicado toda su atención a Batasuna y a luchar por su legalidad. Con el dinero de los contribuyentes, y de Rodríguez Zapatero.

El SE es una rama de la extrema izquierda extraparlamentaria, okupa y antiglobalización, que ha dado al GRAPO sus últimos reclutas y que proporciona a Eta asistencia logística. La extrema izquierda española, de la que Eta y el SE no son más que dos agentes, es un peligro para la convivencia. El PSOE debe revisar sus relaciones con ese mundo.

Texto adicional

Extraído de http://www.sindicatodeestudiantes.org

COMUNICADO DE LA EJECUTIVA DEL SINDICATO DE ESTUDIANTES ANTE LA ILEGALIZACIÓN DE BATASUNA Y DE LAS MANIFESTACIONES PREVISTAS COMO OPOSICIÓN A LA MISMA

Tras la ilegalización de Batasuna el pasado 26 de agosto promovida por el Pleno del Congreso y hecha efectiva por el juez Garzón el mismo día, clausurando sedes, establecimientos, restaurantes, bares y asociaciones culturales, el Sindicato de Estudiantes declara:

1.- Nuestra más rotunda oposición y denuncia ante este atropello a los derechos democráticos más básicos, como el derecho a asociación y a la libre expresión, reprimiendo a todos los militantes que se han resistido al desalojo por parte de la policía nacional, la guardia civil y la ertzaintza en Navarra y la CAV, así como prohibiendo las manifestaciones convocadas contra estas medidas.

2.- El Gobierno del PP miente al presentar su Ley de Partidos y la ilegalización de Batasuna como una medida fundamental para terminar con el terrorismo. Todo lo contrario. Batasuna es un partido político legal con una base social importante y centenares de miles de votantes. Si algo se ha venido manifestando en los últimos años es el aumento de la crítica y del descontento entre la base de Batasuna a la política de atentados salvajes que no llevan a ninguna parte. Esto se pudo ver en las últimas elecciones autonómicas del 2001, en las que Batasuna cosechó su peor resultado electoral. Se expresaba así la crítica de centenares de miles de personas del entorno aberztale que ven como la lucha por la defensa de los derechos democráticos nacionales no va a venir de la mano de los métodos del terrorismo individual. Asimilar a cualquier simpatizante, votante o miembro de Batasuna con ETA y el terrorismo individual, además de ser falso sólo va a conseguir polarizar y radicalizar más la situación. La experiencia demuestra que no es posible solucionar por la vía represiva un problema político. No lo logró la dictadura franquista, tampoco lo logró el terrorismo de estado a través de los GAL y otros grupos en el pasado y tampoco lo logrará la ilegalización de Batasuna, tan solo agravará el problema.

3.- La política que está llevando a cabo el PP es la de atacar a las familias trabajadoras en las cuestiones sociales (contrarreformas laborales, precarización del empleo, privatización de la educación y la sanidad, etc.) y mano dura en todos los frentes contra aquel que se oponga a su política reaccionaria. Esto lo hemos podido ver el curso pasado, cuando nos acusaban de «vagos», «malos estudiantes» y «borrachos» a los jóvenes que hemos salido a la calle de forma masiva para protestar contra su reaccionaria política educativa. Incluso, en ocasiones vinculando al Sindicato de Estudiantes desde las páginas de algún periódico (ABC, La Razón) con ETA, a pesar de nuestras rechazo a los atentados terroristas. Tampoco han tenido ningún empacho en calificar de «batasunos» o «etarras» a los que participamos en las manifestaciones antiglobalización en Barcelona, a la vez que negaban el derecho de huelga en la práctica a los trabajadores con abusivos servicios mínimos y enviando a la policía para reprimir duramente a los piquetes el pasado 20 de Junio. De la misma forma está aplicando «mano dura» con las nacionalidades históricas prohibiendo las ikurriñas y reprimiendo el euskera hasta el punto de plantear el cambio de señalizaciones bilingües o nombres de pueblos en Navarra, vinculando, en declaraciones del Delegado de Gobierno en el País Vasco, Enrique Villar, a la escuela pública vasca con la «kale borroka» y, por último, prohibiendo la expresión y la organización política a más de 200.000 votantes en las últimas elecciones vascas bajo la acusación de «colaboración o pertenencia a banda armada». El PP pretende presentarse como el defensor de la democracia, sólo los que apoyan sus medidas están en el bando de los «demócratas». Sin embargo, no podemos olvidar que mientras hablan de democracia, sus parlamentarios se niegan a condenar el alzamiento nacional de 1936 y la dictadura franquista. O que mientras dan lecciones de derechos humanos han apoyado los bombardeos asesinos contra pueblos enteros como en Irak, Yugoslavia o, recientemente, en Afganistán. El doble rasero de la derecha no tiene límites.

4.- De hecho, uno de los motivos de esta campaña salvaje iniciada por el PP es la de ocultar y desviar la atención de millones de jóvenes y trabajadores de su política en el terreno social que en el último año ha consistido en atacar las condiciones de vida de la clase trabajadora a través del decretazo, la LOU, la Ley de Calidad, etc, ante el creciente malestar, las luchas estudiantiles y la magnífica respuesta expresada en la huelga general del pasado 20 de Junio. Es obvio que esto sólo es el principio de un ataque brutal a los derechos democráticos de la clase trabajadora y sus organizaciones, que hoy afecta a la izquierda abertzale, pero que mañana se extenderá a todas aquellas organizaciones que se opongan a su política derechista. Con la Ley de Partidos en la mano se deja la puerta abierta, por ejemplo, a ilegalizar aquellos partidos que no respeten los «valores constitucionales». ¿Qué pasará mañana con aquellos que luchamos contra la sociedad capitalista?¿Que no reconocemos el principio de la economía de mercado que establece la Constitución?¿Seremos sospechosos de terrorismo y habrá que ilegalizarnos? Los jóvenes y trabajadores no podemos confiar en la política reaccionaria de la derecha para resolver nuestros problemas. Sólo la movilización consciente y unitaria de jóvenes y trabajadores en todo el Estado puede hacer posible la defensa de los derechos democráticos, incluyendo la defensa de los derechos democráticos nacionales.

5.- Las medidas tomadas por el Gobierno del PP significan el mayor ataque a los derechos democráticos desde la caída de la dictadura. Esta ofensiva se enmarca dentro de la campaña que, con la excusa de los atentados terroristas del 11 de septiembre, el imperialismo está llevando a cabo para recortar los derechos democráticos de la clase obrera y la juventud en todo el mundo, al tiempo que se fortalece el aparato represivo del estado país tras país, para tratar de justificar la recesión, miles de despidos y, sobre todo, para intentar ahogar la respuesta de las masas ante situaciones de miseria y desempleo.

6.- La política del PSOE respaldando al cien por cien las medidas del Partido Popular en el terreno de la cuestión nacional con la ilegalización, representan una tragedia para la clase obrera y un balón de oxígeno para la derecha que hubiese fracasado sin este apoyo. La abstención de IU tampoco sirve para explicar qué alternativa tenemos los jóvenes y trabajadores.

7.- La oposición del PNV-EA a estas medidas no significa que la derecha vasca se oponga al recorte de los derechos democráticos sino que obedece a una táctica más inteligente por parte de la burguesía vasca que se da cuenta de que esta medida es contraproducente e inoportuna. Pensar que la derecha vasca va a defender los derechos democráticos o resolver la cuestión nacional es un espejismo. La defensa de la «patria» para la burguesía vasca acaba ahí donde comienzan sus beneficios. De hecho el PNV ha apoyado todos los ataques a la clase trabajadora llevados a cabo por el PP en los últimos años (reformas laborales, privatizaciones, etc.) y, ahora, no ha dudado en emplear a fondo a la ertzaintza para cerrar sedes de Batasuna con toda contundencia, ni ha dudado en prohibir la manifestación prevista para este próximo sábado y domingo en Bilbo y en Donosti, como tampoco ha dudado en atacar la escuela pública privatizándola más que en ninguna otra zona, o en atacar a la clase obrera vasca.

8.- Desde el Sindicato de Estudiantes nos oponemos rotundamente a la Ley de Partidos y a la ilegalización de Batasuna, que sientan un grave precedente para el futuro, ya que representan un recorte drástico de los derechos democráticos de reunión, asociación, expresión y manifestación conquistados por la clase obrera y arrancados a la dictadura. Sin embargo, no compartimos ni las ideas de la izquierda abertzale ni los métodos de terrorismo individual que practica ETA, que con atentados indiscriminados como el de Santa Pola este verano y otros tantos, que el Sindicato de Estudiantes siempre hemos condenado contundentemente, sólo facilita que tenga eco entre muchos jóvenes y trabajadores la falsa idea de que luchar por los derechos democráticos nacionales es lo mismo que apoyar los atentados terroristas. Esto no es así. La única forma de luchar por los derechos democráticos nacionales es a través de la movilización unitaria de jóvenes y trabajadores en todo el Estado, vinculando esta lucha con el resto de reivindicaciones sociales.

El Sindicato de Estudiantes sí defiende los derechos democráticos para las nacionalidades históricas, como el derecho de autodeterminación, es decir, el derecho a decidir libremente el grado de vinculación con el resto del estado, incluida la posibilidad de la independencia, si así lo decidiese la mayoría de la población. Si bien nosotros defenderíamos la unidad de la clase obrera y la juventud por encima de fronteras nacionales para luchar por una sociedad sin clases ni opresión de ningún tipo, defendiendo al tiempo la cultura y la lengua de cada pueblo, es decir, una sociedad auténticamente socialista.

Por Pascual Tamburri Bariain, 3 de noviembre de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.