La vigencia relativa delos Derechos Humanos

Por Pascual Tamburri Bariain, 20 de abril de 2003.
Publicado en El Semanal Digital.

La Comisión de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha denunciado numerosas violaciones israelíes de los Derechos Humanos. Bush y a Aznar deben aplicar en Oriente Medio un solo rasero si no quieren perder los frutos de la labor realizada hasta ahora

Nadie pone en cuestión, en teoría, el valor permanente y absoluto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Con su origen remoto en las declaraciones de derechos americanas, y con su origen explícito en la declaración de derechos de la Revolución Francesa, los derechos humanos son la base de la convivencia internacional y el resultado más palpable de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial.

Nadie discute, en un plano teórico, todo esto. No han hecho, ni siquiera, los regímenes comunistas. La Unión Soviética no respetaba los derechos más elementales, y ningún Partido Comunista los respetará jamás si no es imprescindible; pero al menos aceptaba su validez teórica y condenaba las violaciones más evidentes de los mismos.

Iraq era un régimen ajeno a la teoría y a la práctica de los derechos Humanos. Ni nos aceptaba en la vida cotidiana -pese a haber suscrito la Declaración Universal- ni tenía ninguna intención de cumplirlos o hacerlos cumplir. Si los derechos Humanos contienen valores realmente universales es materia de otra discusión, pero lo cierto es que Iraq, aceptándolos y no respetándolos, se había colocado fuera de la convivencia internacional, con los resultados que se han visto.

La Comisión de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha denunciado, de modo minucioso e indiscutible, numerosas violaciones israelíes de los Derechos Humanos y de la legalidad internacional. Y esto tanto respecto a su propia población árabe como respecto a los palestinos de los territorios ocupados. En el caso de Israel no cabe alegar que la cultura del país es ajena a la que inspiró la declaración Universal. Se trata de un problema político. Pero esta situación afecta a Bush y a Aznar, que deben aplicar en Oriente Medio un solo rasero si no quieren perder los frutos de la labor realizada hasta ahora.

Por Pascual Tamburri Bariain, 20 de abril de 2003.
Publicado en El Semanal Digital.