Por Pascual Tamburri Bariain, 24 de abril de 2003.
Publicado en El Semanal Digital.
La izquierda crea mitos ideológicos, históricos y personales, como Winnie Mandela. Lo peor del caso es que fuera de la izquierda hay un pudor absurdo a denunciar la falsedad de estos mitos.
Winnie Mandela ha sido condenada en su país por robo y estafa múltiple. La ex mujer de Nelson Mandela está, además, acusada de múltiples episodios de violencia, incluyendo asesinatos. Por razones políticas y por prejuicios raciales, Winnie Mandela ha delinquido, pero esta relevante noticia ha sido amablemente ocultada o disimulada por los medios de comunicación ligados a la izquierda. ¿Por qué?
Es difícil entender el nexo entre los grupos de presión teóricamente progresistas y un personaje tan poco recomendable de la escena internacional. Difícil, salvo que se recuerden las enormes campañas mediáticas de los años 70 y 80 del siglo XX, que hicieron de la pobre esposa del mártir encarcelado un mito. Un mito propagandístico, ciertamente, al servicio de la izquierda europea en general y de la Unión Soviética en particular. Un mito, por lo demás, carente de base real, porque, como después se ha visto, ni el personaje era intachable ni la situación actual de la República Sudafricana es tan paradisíaca como los interesados aduladores de Winnnie y de su ex marido quisieron hacernos creer.
La izquierda crea mitos. No sólo mitos ideológicos -como el eterno progreso o la eterna paz-, que la realidad hace imposibles, sino también mitos históricos -como la absoluta y permanente culpabilidad de España y Europa en todos los males del mundo- que el tiempo va desmontando. Y mitos personales: Winnie Mandela, elevada poco menos que a los altares para después ser condenada por un tribunal imparcial; Rigoberta Menchú, un fraude de proporciones planetarias; Hebe de Bonafini, la gran amiga argentina de nuestros terroristas nacionalistas; y cuántas y cuántos más.
Lo peor del caso es que fuera de la izquierda hay un pudor absurdo a denunciar la falsedad de estos mitos. La izquierda, derrotada por la realidad, triunfa allí donde sus mitos son aceptados por sus enemigos. Y por el bien de España ha llegado la hora de romper con estos tabúes y denunciar tantas manipulaciones.
Por Pascual Tamburri Bariain, 24 de abril de 2003.
Publicado en El Semanal Digital.