Por Pascual Tamburri Bariain, 24 de julio de 2003.
Publicado en El Semanal Digital.
El presidente foral, Miguel Sanz, fue recibido ayer martes por José María Aznar. En el trasfondo de la reunión, como siempre, el terrorismo nacionalista de Eta.
Las relaciones entre la Comunidad Foral de Navarra y el Gobierno central pasan por un excelente momento. La prosperidad de Navarra, el bienestar de sus ciudadanos y el impulso modernizador de los últimos años vinculan establemente a los navarros con el proyecto del Partido Popular. Curiosamente José María Aznar, en las elecciones parlamentarias, ha obtenido las mayorías absolutas que Unión del Pueblo Navarro no ha conseguido en las elecciones forales.
La gran apuesta de futuro de Navarra pasa por el Plan Hidrológico Nacional y por el Canal de Navarra, que creará en Navarra una alternativa a la macrocefalia de Pamplona y al monocultivo del sector del automóvil. Esta región, en su prosperidad, piensa ya en los problemas de la próxima década, y cuenta con la colaboración de Aznar en los puntos más problemáticos.
Sin embargo, el gran tema común de preocupación de Aznar y de Sanz, de PP y de UPN, es el futuro del Estado de Derecho. Se trata, a palabras de Sanz, no sólo de vencer al nacionalismo, sino de arrebatarle el terreno político y social que monopoliza en beneficio de Eta y del independentismo.
Los únicos puntos oscuros de la relación Sanz – Aznar son los derivados de ocasionales abusos del régimen foral de Navarra. La personalidad histórica de un territorio no puede servir para obtener privilegios, incluso si el territorio es Navarra. El lunes el Tribunal Constitucional suspendió cautelarmente las pensiones de viudedad navarras: una viuda no tiene más derechos por haber nacido al otro lado del Ebro. Es, una vez más, la polémica del fuero y el huevo.
Por Pascual Tamburri Bariain, 24 de julio de 2003.
Publicado en El Semanal Digital.