¿Constitución o Estatuto?

Por Pascual Tamburri Bariain, 30 de julio de 2003.
Publicado en El Semanal Digital.

El País Vasco, una vez superado el chantaje nacional-terrorista, necesitará un nuevo marco legal, integrador, abierto a todos y abierto también a la realidad foral y provincial.

Jon Juaristi, un hombre siempre sorprendente, ha vuelto a conmocionar el mundo político vasco. Un nacionalista «de pata negra», de pura raza vasca como diría Arzallus, etarra en servicio efectivo en su tiempo, se ha convertido desde hace una década en el máximo crítico intelectual de la demencia sabiniana que compartió en su juventud. Su claridad de análisis ha sorprendido a muchos, y ha contribuido a que los demócratas más acomplejados, los españolistas más tibios, se convenciesen de la bondad de sus convicciones y de la perversidad radical del evangelio jelkide.

Ante el otoño los frentes están ya formados. Por un lado, las huestes nacionalistas, dispuestas a avanzar hacia la independencia unidas con los restos del naufragio etarra y apoyadas en los cipayos comunistas y en bastantes tropas auxiliares socialistas. Por otro, los defensores de España. Bien, es cierto que España es hoy, institucionalmente, lo que su Constitución predica y lo que el Estatuto de Autonomía del País Vasco explica. Pero lo que se defiende es España frente a una negación de España, y así lo afirma Juaristi.

Sin embargo, este heterodoxo, converso al judaísmo, ha venido a defender algo aún más escandaloso, pero no menos basado en los hechos constatables: la defensa de España, de las libertades, de la verdad y de la democracia va unida, en efecto, a la defensa de la identidad real, española, de las provincias vascas. Pero el Estatuto de Guernica, en cambio, no debe ser una bandera irrenunciable del españolismo democrático. El Estatuto, que los nacionalistas ahora parecen despreciar, es un texto ambiguo, lleno de concesiones a los mitos nacionalistas, y fuente de muchos problemas hoy evidentes. El País Vasco, una vez superado el chantaje nacional-terrorista, necesitará un nuevo marco legal, integrador, abierto a todos y abierto también a la realidad foral y provincial.

Por Pascual Tamburri Bariain, 30 de julio de 2003.
Publicado en El Semanal Digital.