Por Pascual Tamburri Bariain, 4 de agosto de 2003.
Publicado en El Semanal Digital.
Es cierto que liberar Euskal Herria es un objetivo bueno y justo. Es preciso liberar a los vascos y a los navarros del miedo, de la mentira y de la falsificación de su identidad.
Xabier Arzalluz ha anunciado varias veces, en los últimos días, que el objetivo del PNV, dentro y fuera de las instituciones, es «unir y liberar a toda Euskalherria». Y de un modo u otro todas las fuerzas políticas vascas le dan la razón, comparten su postura y apoyan esta meta. Aunque de maneras muy distintas.
La mayor parte del PNV, con EA, con Eta y sus brazos políticos -de Aralar a AuB pasando por Batzarre- cree literalmente lo mismo que Arzallus: «Ni autonomías ni cosas parecidas, queremos ser un pueblo en Europa, a la par que los demás». El delfín, Joseba Egibar, ha dado la explicación histórica de este proyecto: «Euskal herria existe como pueblo antes que España y Francia y que cada uno de los siete territorios que integra el País Vasco».
El mito nacionalista llena de tinieblas y de falsedades la percepción de la realidad presente y pasada. No es preciso repetir ni explicar lo evidente y demostrado: España existe antes que cualquiera de sus partes; no hay un pueblo vasco, y los llamados «territorios históricos» (las provincias) tienen una existencia mucho más antigua y real que la entelequia sabiniana. Lo peor del asunto es que no pocas voces en el PSOE, y desde luego en IU, se alzan conscientemente a favor de la mentira y de la opresión totalitaria.
Pero es cierto que liberar Euskal Herria es un objetivo bueno y justo. Es preciso liberar a los vascos y a los navarros del miedo, de la mentira, de la falsificación de su identidad. La verdadera liberación no es la que planean Eta y el PNV, y sólo puede hacerse dentro de España, pero es una exigencia moral de esta legislatura.
Por Pascual Tamburri Bariain, 4 de agosto de 2003.
Publicado en El Semanal Digital.