Un partido humanista y cristiano

Por Pascual Tamburri Bariain, 14 de septiembre de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.

Dice el Evangelio que la verdad nos hará libres. Y aunque sea políticamente incorrecto citar el texto sagrado del cristianismo, lo cierto es que ese cristianismo forma parte inseparable de nuestra condición de españoles y de europeos. Es así, incluso para quienes no comparten o no practican la fe: sin aceptar la realidad no hay posible libertad, y ¿quién puede pretender que nos entendamos a nosotros mismos sin asumir nuestro legado?

Ya que de libertad se trata, hay que reconocer que la libertad de la que disfrutamos en nuestra democracia está sufriendo en los últimos tiempos un recorte radical. La llamada «corrección política», el conjunto de temas, de opiniones y de expresiones que pueden o no pueden ser empleados en el discurso público, limita seriamente la libertad de expresión, de conciencia y también las libertades públicas. Lo peor del caso es que la definición de esa «corrección política» está en manos de la izquierda (política, cultural y mediática), y que una parte insospechadamente grande del centro derecha acepta sin resistencia esos límites a la libertad.

La cosa tiene en estos días una expresión ligada al XV Congreso Nacional del PP. Si la referencia al «humanismo cristiano» en los Estatutos del partido se va a retirar, o se ha insinuado su retirada, no se trata de un fenómeno sin causas y sin consecuencias. Y afecta a la libertad de muchos millones de españoles, de todos en realidad.

Si ha sido un cambio inadvertido, que nadie había realmente deseado ni casi notado, la verdad es que el PP de Rajoy estaría demostrando estar en manos poco hábiles y bastante descuidadas, porque la cosa tiene su importancia. Sería una buena razón para analizar, antes del Congreso, quién hace y deshace de puertas a dentro y con qué capacidad y legitimidad.

Si la cosa responde en cambio a un nuevo intento de «centrar» el PP a cambio de asumir el lenguaje de la izquierda y la corrección deseada por ésta, la cosa es aún más grave. El PP no tiene nada que ganar renunciando a su identidad y haciendo que los españoles lo hagan. Todas las críticas que el PP hizo a la Constitución europea por una cuestión análoga podrían ahora volverse contra el mismo partido, y contra sus gestores. Hay que tener más cuidado, porque las palabras las carga el diablo.

Por Antonio Martín Beaumont y Pascual Tamburri Bariain

Por Pascual Tamburri Bariain, 14 de septiembre de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.