Dos proyectos frente a frente

Por Pascual Tamburri Bariain, 2 de marzo de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.

El PSOE será un partido nacional cuando en sus mítines pueda decirse la palabra España sin voz de falsete, cuando puedan verse banderas nacionales sin caras de asombro.

2 de marzo. Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero coincidieron ayer en Pamplona. Es una de las pocas ocasiones en que esto va a suceder en esta accidentada campaña electoral, y el escenario elegido es altamente simbólico. En más de un sentido, lo sucedido ayer en Pamplona es un reflejo de las dos concepciones políticas que se enfrentan en las urnas.

El líder socialista eligió para su presentación el centro cultural «Baluarte», un monumental buque insignia de la renovación que Navarra ha experimentado en los últimos años. Lástima, desde su punto de vista, que ese edificio y la revolución cultural y económica que está suponiendo en Navarra sea fruto de la colaboración entre Unión del Pueblo Navarro, en el gobierno regional, y el Partido Popular, en el gobierno nacional. Doble lástima, porque el coordinador de esa cooperación es desde hace años Mariano Rajoy.

El Partido Popular, en coalición con Unión del Pueblo Navarro, eligió un escenario bien diferente. El frontón Labrit de Pamplona es un escenario mucho más austero, situado en el corazón de la ciudad, rodeado de un ambiente proetarra. Ese ambiente ha sido tolerado con complacencia por la izquierda durante décadas, y sólo recientemente el Ayuntamiento -de centro derecha- ha emprendido una campaña de regeneración democrática sin excluir ningún ambiente ni barrio de la ciudad, en aras a una mayor calidad de vida.

Pero la verdadera diferencia percibida en Pamplona no es el escenario de los dos mítines, sino el público de unos y de otros. Contra todo lo pensado durante décadas por la izquierda, fue el mitin de la derecha el más lleno de jóvenes, el más concurrido pese a las dificultades meteorológicas -especialmente graves para las abundantes bases rurales de UPN. Y el único en el que hasta ahora se han visto banderas españolas, lo que en este caso debería ser más un signo de normalidad que una excepción.

El PSOE habrá vuelto a ser un partido nacional cuando en sus mítines pueda decirse la palabra España sin voz de falsete, y cuando en ellos puedan verse banderas españolas sin caras de asombro. Mientras tanto, el PSOE navegará por las turbias aguas de los Maragall de turno.

Por Pascual Tamburri Bariain, 2 de marzo de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.