Por Pascual Tamburri Bariain, 14 de marzo de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.
14 de marzo. Por el simple hecho de ser españoles dos centenares de nuestros compatriotas no podrán votar hoy. Tal era, entre otros, el deseo de quienes los asesinaron, enemigos jurados y sin remisión de todo lo que España es hoy en su vida interior y de todo lo que representa en el mundo. No conviene cegarse por la pasión política, porque el dolor, la rabia y la amenaza, son hoy para todos los hombres y mujeres de bien. Por el hecho de ser españoles, de vivir y trabajar en España, de participar simplemente, humildemente, en la vida de nuestro país.
Los muertos son también parte de esa vida. Una nación libre y fuerte no es sólo una comunidad de personas que en un momento concreto viven en un lugar; España es también el legado, el recuerdo y la presencia intangible de todas las generaciones que antes fueron, de todos los que hicieron posible que hoy estemos aquí, e incluso que votemos. En esa apretada y numerosa cohorte forman hoy, también, las víctimas del más reciente atentado terrorista, como las de todos los anteriores atentados.
Los atentados merecen una respuesta desde la Ley, y la tendrán, dura e irremisible, como no puede ser de otra manera. La merecen también en los medios y en la información, y lamentablemente no todos han estado a la altura de las circunstancias. Pero los ciudadanos, los españoles, tienen hoy en sus manos la posibilidad de dar una respuesta directa al terror, de vencer el miedo y de ignorar toda manipulación. Quienes asesinaron a 200 españoles querían aniquilar precisamente la condición de ciudadanos. España, hoy, debe votar masivamente contra el terror, sin pactos ni mediaciones. Por el presente de sus hijos, por el futuro lleno de esperanza, y también en homenaje a los que murieron.
Por Pascual Tamburri Bariain, 14 de marzo de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.