Aznar no debe ser candidato el 13 de junio

Por Pascual Tamburri Bariain, 25 de marzo de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.

25 de marzo. El 13 de junio se celebrarán elecciones europeas. Si las cosas hubiesen discurrido por sus cauces normales, sería una cita electoral como tantas otras, en la que el único riesgo habría sido la apatía de los ciudadanos, a sólo dos meses de las elecciones generales. Pero la desvirtuación a la que han sido sometidas las elecciones políticas nacionales por obra y gracia del terror y de la manipulación da a la cita de junio un especial realce. Que en ciertos foros es aún mayor.

El Partido Popular afronta las elecciones europeas sumido en sentimientos contrapuestos. Por un lado, puede considerarse vencedor moral de las elecciones más sangrientas de nuestra historia reciente. Por otra, sin embargo, ha perdido el Gobierno, y en un cierto grado debe hacer autocrítica por los errores del pasado. Las Europeas ofrecen una ocasión de encontrar el camino alegre dejado. Y también de debate.

La primera cuestión es quién debe encabezar la lista electoral para Estrasburgo. Y algunos dirigentes populares, a los que respeto, sugieren que el más indicado sería José María Aznar, un valor seguro de cartel y además el más insultado por la actual mayoría parlamentaria y eterna mayoría mediática. ¿Es una posibilidad real?

Hay muchas buenas razones para pensar que no. Ante todo, porque Aznar es hombre de palabra, y si anunció su retirada de la primera fila mantendrá su decisión al menos mientras Mariano Rajoy siga encabezando la familia popular. Una imposible bicefalia sería dañina para todos, además, incluso si hay que correr el riesgo de procesamiento penal que algunos medios digitales han insinuado y que se podría evitar por la vía de Bruselas.

El cabeza de lista para Europa debe ser un hombre de partido, sin experimentos tipo Adolfo Suárez Illana que el PP no puede permitirse nunca más; y debe ser un hombre bien conocido por los españoles, intachable y en cierto modo ejemplar de todo aquello que el PP puede ser y debe ser. El PP vasco, por ejemplo, al que esperan duras pruebas en los años por venir, está bien surtido de personas con estas características, tan diferentes entre sí como Jaime Mayor Oreja o Carlos Iturgaiz, perfectamente capaces de dar al PP lo que necesita en junio: el bálsamo de la victoria.

Aznar sabe muy bien todo esto, y no creo que preste oídos. Lo cierto es que el PP debe encontrar, en sus cuadros, en sus filas y en sus raíces, la manera de invertir esta situación, y de no incurrir en el futuro en los errores de gestión, de doctrina y de comunicación que hicieron posibles aquellos tres mal llamados días. Aznar es un hombre para el futuro, no para el pasado.

Por Antonio Martín Beaumont y Pascual Tamburri Bariain

Por Pascual Tamburri Bariain, 25 de marzo de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.