Por Pascual Tamburri Bariain, 29 de marzo de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.
De todos los posibles candidatos para encabezar la lista del PP a las elecciones europeas, Rato es el que cuenta con más avales, además del respaldo de las bases que le ven como el «mejor».
29 de marzo. Mariano Rajoy habrá tomado buena nota de lo vivido en el Palacio de Vistalegre el pasado sábado. Veinte mil convencidos populares gritaron –sin ningún disimulo– durante más de dos horas por dónde quieren que vayan algunas cosas en los próximos años de oposición. Fue una encuesta de primera mano de lo que «el hueso del jamón» popular siente y padece. Y no, no sólo sobre el debate político opinaron, tan impregnado por el momento, que mantiene a los seguidores del PP con la herida aún en carne viva, sino también sobre sus preferencias personales, sus cariños y simpatías, el «aplausómetro» –por así decirlo– que midió el liderazgo de cada uno de los prohombres populares en el coso taurino cubierto de Carabanchel tras la decepción electoral.
En primer lugar, con diferencia, las gentes del PP dejaron constancia de que están a muerte con su máximo líder, José María Aznar, que se va por más que nadie en su partido quiera que se vaya, pero que se retira con el prestigio intacto y gozando del entregado aprecio de los suyos. Evidentemente, una continua bicefalia en un partido ni es buena ni aconsejable, no obstante, ahora mismo, tal como están las cosas, el mantener a mano el colchón Aznar hasta pasar la prueba del 13 de junio es prudente y así lo creen buena parte de los dirigentes del PP con los que se habla. Eso sí –Rajoy y Aznar- deberían reflexionar serenamente sobre el papel de cada uno de ellos en estos meses.
Mariano Rajoy es querido y respetado, se ve, se nota y pudo apreciarse nítidamente en Vistalegre, pero las bases electorales del PP le sienten algo distante, ya sea por culpa del diseño de la última campaña electoral o por su manera de ser. Eso sí, nadie el sábado expresó dudas respecto a su liderazgo –lo que no es poco tras el resbalón electoral y que jamás hayan gozado de oportunidad para distinguirle como líder las bases del PP–. Rajoy tiene que saber que su liderazgo sigue siendo por delegación, porque Aznar -el que goza del favor de todos– le señaló el pasado verano como el mejor para ganar las elecciones, aunque después, «un contratiempo electoral», tal como el sábado el presidente del PP definiese la derrota electoral, lo haya alejado de las mieles del triunfo que podían haberle consolidado definitivamente como sucesor.
La revalida de Rajoy está por llegar y será el 13 de junio, en las elecciones europeas, en las que con una situación política estable en España tiene que demostrar a todos que lo vaticinado por Aznar se cumple, o no será nunca.
Rodrigo Rato, tiene ahora mismo –al igual que Aznar– su prestigio intacto entre la familia popular. Los mayores logros de los ocho años de Gobierno de Aznar se deben a la política económica. No fue designado sucesor porque el presidente del PP se inclinó por Rajoy como el mejor de todos para ganar y no por cualquier otra razón. El «aplausómetro» de Vistalegre le situó entre los grandes vencedores, por encima de otro gran vitoreado del día, Ángel Acebes, y las últimas encuestas publicadas por el diario La Razón le sitúan como preferido entre los electores para que el PP le sitúe de cabeza de cartel en las importantes elecciones europeas del 13 de junio.
¿Ventajas y riesgos de que pida Rajoy a Rato que lidere la lista de su partido al europarlamento?: Si Rato gana el 13 de junio consolidará a Rajoy como candidato a la Presidencia del Gobierno en futuras elecciones, por más que la victoria se apunte en el haber del durante ocho años vicepresidente económico del Gobierno. Ahora, si Rajoy pierde de la mano de Rato, la generación Aznar tendrá problemas con otros políticos populares que tocan el claxon para abrirse paso. El ¡no pasa nada, no pasa nada!, repetido por Rajoy en Vistalegre, estaría entonces por ver.
Otra posibilidad sería la de colocar a Jaime Mayor Oreja al frente de la candidatura europea del PP. Mayor Oreja puede volcar un buen número de votos hacia los populares, es querido por toda España, pero tiene menor peso específico político que Rato, con lo que su victoria electoral –en caso de producirse el 13 de junio– recaería más del lado de Rajoy que en el caso de que Rato sea el cabeza de cartel del PP, lo que no es en absoluto despreciable.
Por Antonio Martín Beaumont y Pascual Tamburri Bariain
Por Pascual Tamburri Bariain, 29 de marzo de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.