Terror contra España, cobardía contra la libertad

Por Pascual Tamburri Bariain, 9 de junio de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.

Juan Antonio Palmero y José Antonio Vidal, militares de la Guardia Civil, han muerto asesinados por ETA en Castejón. Una vez más es Navarra el escenario del terror de la banda independentista, y no por casualidad. Es Navarra, en definitiva, la piedra angular del proyecto nacionalista vasco, y es la lógica del nacionalismo vasco la que impulsa a ETA a reorganizarse siempre con especial cuidado en Navarra.

Casi por azar, estos dos asesinatos coinciden con la víspera de unas elecciones decisivas. Una vez más, los españoles va a ir a las urnas con la sangre aún caliente, con el recuerdo del dolor, y, algunos, con el miedo en el corazón.

Se recordará, a este propósito, la tragedia del 11M y su desenlace el 14 M. En realidad, nada excepcional en la democracia española, porque todas nuestras elecciones democráticas se han hecho bajo el estado de excepción impuesto por los enemigos de una pacífica convivencia nacional. Pero lo que sucedió en marzo rebasó en dimensiones todo lo previsto; y tampoco estaba previsto -o al menos no por todos- el uso electoral que de aquellos cadáveres se hizo.

Cuando se trata de crímenes, y tanto más de terrorismo, cualquier comparación es odiosa. Pero las comparaciones se están haciendo, son inevitables, y pueden iluminar el presente y el futuro de España.

En marzo, un Gobierno bienintencionado y mal asesorado se apresuraba a comunicar a la población los datos conocidos y disponibles. Las vicisitudes internas de la primera investigación fueron seguidas por millones de espectadores, y pudieron ser fácilmente manipuladas. En este caso, tres meses después, la actual oposición ha mostrado una conducta ejemplar, un silencio significativo y un apoyo sin fisuras a la acción de las autoridades.

Nadie ha acusado ahora al Gobierno de manipulación por tardarse varias horas en hacer pública la culpabilidad de ETA. Nadie ha pensado que se trate de una maniobra electoral. Ningún medio de comunicación ha difamado a los altos cargos por permitir que desde la prensa nacionalista vasca se difundiese con ardor y con éxito la idea de que se había tratado de una acción mafiosa de inmigrantes kosovares.

El terrorismo sólo se vence con unidad, con disciplina, con patriotismo y con la decisión de emplear todos los métodos legítimos. Todo el terrorismo se vence con las mismas medidas, sin ninguna concesión política, sin ninguna aproximación amistosa. Las bombas de marzo en Madrid, las de la semana pasada en Irak contra Estados Unidos, las de anteayer en Italia contra Alianza Nacional y el ametrallamiento de ayer en Navarra, por igual. El terrorismo forma una heterogénea alianza mundial contra la libertad, unida por los métodos, y unida también – se demostrará- por acuerdos concretos de colaboración.

España debe unirse en torno a su Gobierno, como han dicho también Mariano Rajoy y Jaime Mayor Oreja. Los errores de un gabinete al comunicar su tarea o al realizarla no deben dividir a la nación frente a sus enemigos, sean éstos interiores o exteriores. Y el actual Gobierno tiene hoy una excelente ocasión de corregir su estrabismo, de aprender la lección de estilo que ha dado el único partido de la oposición y, en definitiva, de preferir la compañía del PP a la de algunos de sus actuales socios, demasiado amigos de los asesinos de Castejón.

Por Pascual Tamburri Bariain, 9 de junio de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.