Por Pascual Tamburri Bariain, 25 de junio de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.
San Gil tiene los requisitos para asumir un papel decisivo. No va a vencer las elecciones vascas, pero puede consolidar al PP como única alternativa de libertad.
El Partido Popular del País Vasco ha desvelado una de las principales incógnitas del próximo curso político. Será María San Gil si cabeza de lista y candidato a la presidencia de aquella Comunidad Autónoma, dando por zanjado un largo debate interno.
No hay ni vencedores ni vencidos, y esa es una excelente, tal vez por insólita, noticia. Carlos Iturgaiz ha sabido templar las diferentes corrientes y tendencias, aunando las necesidades generales del PP -unos resultados dignos en un contexto muy complejo- con las peticiones de la recia y sufrida base de militantes y simpatizantes. Está contento Jaime Mayor Oreja. Está contento el propio Iturgaiz. Están contentos los votantes populares. E incluso está razonablemente contenta Loyola de Palacio, que se había postulado para esta candidatura.
Todos ellos merecen un aplauso de toda la España democrática. Ser candidato del PP en aquellas tres provincias implica arriesgar mucho a cambio de poco o de nada, y aceptar de por vida una amenaza por parte de los terroristas y un sambenito por parte del totalitarismo nacionalista. No habría sido comprendida por los votantes del PP una discordia interna al respecto.
María san Gil va a ser probablemente, junto a Unidad Alavesa, la única vos totalmente opuesta al fondo y a la forma del plan secesionista de Ibarretxe. Zapatero, por necesidad o por convicción, ha roto el frente antinacionalista, y el socialismo vasco busca claramente fórmulas que le permitan participar de nuevo en el sistema del PNV. Estando así las cosas, España necesita una vos nítica en el Norte.
San Gil tiene los requisitos para asumir ese papel decisivo. No va a vencer las elecciones vascas, pero puede consolidar al PP como única alternativa de libertad. Ya llegará el tiempo en que los hechos de unos y de otros hagan posible lo hoy improbable, devuelvan a una parte de la izquierda a la sensatez y, sobre todo, coloquen fuera de la convivencia nacional todo independentismo. Será la hora de España y la hora de San Gil, gracias a la generosidad de muchas personas dentro del PP.
Por Pascual Tamburri Bariain, 25 de junio de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.