España, gran potencia

Por Pascual Tamburri, 7 de agosto de 2004.

Pascual Tamburri sostiene que las dimensiones de España no permiten pensar en una grandeza al viejo estilo. Pero sí, sin duda, en un papel de guía y de vanguardia.

Terminada con la catástrofe de 1914 la era de Europa (esto es, del predominio mundial de las potencias europeas), nuestro continente ha vivido el siglo XX bajo el signo de la incertidumbre. Cada uno de los países se ha encontrado con la duda íntima de su porvenir imperial. ¿Podrán Gran Bretaña, Francia, Alemania o Italia encontrar de nuevo su destino de grandes potencias? ¿O esa categoría pertenece al pasado?

España vivió con un siglo de anticipación la derrota europea del siglo XX. Ya en 1805, con la derrota de Trafalgar, España perdió el nervio marítimo de su grandeza, y la emancipación americana que siguió a la batalla fue sólo la consecuencia de una decadencia. España ha vivido dos siglos estériles desde ese punto de vista, o mejor dicho tres si se incluye el ñoño XVIII, aún grande e imperial, y no carente de excelentes propósitos, pero en definitiva gestador de la decadencia ideológica y moral.

Porque tal es la lección del declive de las grandes potencias, y del español no menos que de otros. Las derrotas, las ruinas, los abandonos y las descolonizaciones son sólo epifenómenos de una realidad más profunda. ¿Se inició la decadencia del Imperio Británico con el forzado abandono del la India en 1947? ¿O más bien esa decisión fue consecuencia de una derrota moral precedente, vivida ya por la sociedad británica?

España no es hoy una gran potencia. En el mundo de 2004 sólo hay una gran potencia, aunque ese unipolarismo desaparecerá antes o después, y será sustituido por un nuevo sistema internacional. La cuestión no es si Estados Unidos perderá su monopolio imperial, sino cuándo, cómo y con qué beneficiarios lo hará. Un gobernante español debe recordar esto, y debe intentar que España sea, de nuevo, en el futuro, una voz digna en el concierto de las naciones.

Las dimensiones de España no permiten pensar en una grandeza al viejo estilo. Pero sí, sin duda, en un papel de guía y de vanguardia. España es Europa, tanto geográficamente como humanamente. En ambos sentidos es, además, la frontera de Europa frente al mundo islámico, eterno rival. El mundo europeo (incluyendo a Estados Unidos) va a afrontar en las próximas décadas un desafío imperial. España puede y debe encontrar, en esa lid, un papel para su propia grandeza.

Pascual Tamburri
El Diario Exterior, 7 de agosto de 2004.
https://www.eldiarioexterior.com/espana-gran-potencia-1504.htm