España, protectorado marroquí

Por Pascual Tamburri, 1 de septiembre de 2004.

Pascual Tamburri sostiene que España padece un complejo de inferioridad respecto a Marruecos, una monarquía de derecho divino que no respeta los derechos humanos.

¿Qué dirían ustedes de un país que renunciase a aplicar sus leyes y tolerase que los agentes de otro Estado actuasen libremente en su territorio? Inevitablemente, habría que pensar que se trata de un país de soberanía limitada, tutelado por otra potencia. En términos de diplomacia tradicional, un protectorado.

La Guerra Fría fue rica en experiencias similares. Las grandes potencias, especialmente en países menos fuertes y subordinados a ellas, hicieron y deshicieron a su antojo. Bien o mal tolerada, era una admisión de inferioridad y de dependencia, inevitable por la amenaza exterior y por la debilidad propia. Incluso potencias no tan grandes, o francamente decadentes, como Israel y Francia, violaron la soberanía de terceros –como España y Argentina- que por una u otra razón callaron y toleraron.

Hoy los agentes extranjeros siguen actuando, y hay países que lo siguen admitiendo. En algunos casos es inevitable que suceda, porque la situación internacional, los intereses en juego y la correlación de fuerzas es tal que el fuerte defiende sus intereses sin tener en cuenta las normas. Pero ello no es óbice para que se siga tratando de lo mismo, de un protectorado, exactamente igual a los establecidos en su tiempo por el Imperio Británico y más recientemente por los agentes norteamericanos.

Lo preocupante no es esto, al fin y al cabo un fenómeno que no va a terminar de un día para otro. Los Estados no son iguales y potencia, ni en libertad de acción. Pero lo grave es que países en principio más débiles, y además con el título ostentado de amigos, actúan impunemente como si se tratase de grandes potencias. De hecho, sin duda, serán mayores y más fuertes que aquellas otras que admiten esas acciones y esas actitudes.

España vive hoy en un complejo mal curado de inferioridad respecto a Marruecos. Marruecos invadió sucesivamente territorios de soberanía española, incluso en 2002. De Marruecos procede la inmensa mayor parte de la droga que se vende en nuestras calles, y también muchos de los inmigrantes ilegales que la distribuyen. Marroquíes fueron en buena medida los asesinos del 11 de marzo. Y un dirigente de la oposición al despotismo antidemocrático marroquí ha sido recientemente asesinado en nuestro país.

Marruecos es un mal vecino para España. Pero España admite esa desigualdad, esa subordinación, esa impunidad, ese derecho de injerencia que nos negamos a nosotros mismos. Y lo hacemos a favor de una monarquía de derecho divino que no respeta los derechos humanos, que es expansionista y militarista y que, además de cobijar integristas islámicos, gobierna de hecho sobre parte de España, en muchas de cuyas calles es más respetado Mohamed VI que José Luis Rodríguez Zapatero. Los hechos hablan claro: somos un protectorado marroquí.

Pascual Tamburri
El Diario Exterior, 1 de septiembre de 2004.
https://www.eldiarioexterior.com/espana-protectorado-marroqui-1621.htm