La imaginación al poder

Por Pascual Tamburri Bariain, 23 de octubre de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.

El PSOE gobierna presentando unos Presupuestos que el propio ministro de Economía sabe que no podrá cumplir. Mientras tanto, en medio de un debate político confuso, se va dando carpetazo a los casos de corrupción del pasado. Tal vez el PSOE proponga ese pasado como modelo para lo que queda de legislatura, pero si es así sería bueno que lo anunciase sin miedo.

El PSOE gobierna presentando unos Presupuestos que el propio ministro de Economía sabe que no podrá cumplir. Mientras tanto, en medio de un debate político confuso, se va dando carpetazo a los casos de corrupción del pasado. Tal vez el PSOE proponga ese pasado como modelo para lo que queda de legislatura, pero si es así sería bueno que lo anunciase sin miedo.

Los hechos son tozudos. El proyecto de Presupuestos que ha presentado Pedro Solbes en nombre del Gobierno es inaplicable e irreal. El mismo Solbes admite que el petróleo no va a comprarse a 35 dólares el barril, sino a más de 50, y que el crecimiento de nuestra economía no volverá a ser superior al 3%, sino que se acercará mucho más al 2%. Hechos, que afectan a todos los ciudadanos y a todos los contribuyentes.

Hechos. Habrá déficit público, pero aún no se sabe en qué medida y con qué límites. Sobre todo, no se sabe para qué, qué riqueza se va a crear con ese endeudamiento. Y, aunque se anunció que los Presupuestos no tendrían Ley de Acompañamiento (que en todo caso inventó el mismo Solbes cuando era ministro de Felipe González, en los años de la corrupción) , y efectivamente, tendrán en su lugar Disposiciones Adicionales, con la misma función pero otro nombre y, además, un rango jurídico inferior.

Vuelven a España los viejos fantasmas, que el país dejó atrás hace una década. Vuelven, entre otras cosas porque hay viejas deudas que saldar. Los acusados navarros del «caso Otano» han sido absueltos, pero no por inocentes sino por defectos en la instrucción del sumario. Luis Roldán pasea por la calle. El ex general Rodríguez Galindo es visto con simpatía en La Moncloa. Y con los fantasmas del pasado, con talante o sin él, vuelve el estilo de siempre.

El PSOE debe aprender tanto de sus propios errores como de los del Partido Popular. Sobre todo, no debe caer en la tentación de ocupar el poder como quien ocupa un país enemigo conquistado. Hay en las filas socialistas ganas de recuperar el tiempo perdido, y eso es legítimo. Al menos lo es si se trata de construir una España mejor, desde sus criterios hoy minoritariamente mayoritarios. Pero no si se trata de volver donde los españoles no quieren volver, ni con la imaginación.

Por Pascual Tamburri Bariain, 23 de octubre de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.