Un poder moderador, no un correo del Zar

Por Pascual Tamburri Bariain, 25 de noviembre de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.

Juan Carlos I representa, como Rey de España, la unidad nacional. Sus posibles defectos y equivocaciones como persona no son objeto de discusión política, y su actividad está por encima de la política cotidiana. Es un símbolo de lo que todos somos y queremos seguir siendo.

El Rey no puede convertirse en un peón de los políticos profesionales, ni en un recadero del Gobierno. Las filtraciones sobre el papel mediador del rey entre el Bush y Zapatero, y las atenciones especiales al golpista Chávez, hacen un flaco favor a España.

El Rey no puede convertirse en un peón de los políticos profesionales, ni en un recadero del Gobierno. Las inusitadas filtraciones desde el Ministerio de Asuntos Exteriores y desde Moncloa sobre el papel mediador del rey entre el Bush y Zapatero hacen un flaco favor a España. Por dos veces el PSOE ha intentado ya ese camino: antes de viajar los Reyes a Tejas se dejó correr el rumor de un mensaje oficioso encargado a ellos, y a su regreso se ha manipulado la entrevista con Zapatero como una especie de rendición de cuentas.

El gran problema es que Moratinos y Zapatero han ido eligiendo un camino con difícil retorno y con graves consecuencias. Ofender, insultar y traicionar al país más poderoso del mundo no es lo más inteligente que España puede hacer en estas circunstancias. Incitar a la deserción y acoger con los brazos abiertos a los antidemocráticos enemigos de Estados Unidos es realmente insólito, dada nuestra posición. Y hacerlo por inercia es el mayor de los errores.

España no debe pagar los errores de estos gobernantes, pero deberá soportarlos mientras lo sigan siendo. Ahora bien, el símbolo de lo permanente y de lo irrenunciable, el Rey, no puede ser empleado como si fuese un empleado de segundo nivel de la sede socialista de Ferraz. Como se ha dicho en La Zarzuela, el Rey «no es el correo del Zar». Si accediese a serlo cumpliría mal su propio papel.

Va a haber una prueba más de este intento de manipulación anticonstitucional. Chávez, el golpista venezolano, desea ser recibido por el Rey en el viaje de vuelta de su gira por el Viejo Mundo. Esa cena sería un compromiso de Estado, pero si se filtra a la prensa desde La Moncloa como un éxito diplomático y como una muestra del prestigio del Gobierno será un nuevo paso en falso. Y son los mismos que han presumido ante el Rey de lo afortunado que ha sido retirar a España de la «foto de las Azores»

Por Pascual Tamburri Bariain, 25 de noviembre de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.