Por Pascual Tamburri Bariain, 4 de septiembre de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.

Existe la creencia en parte de la clase política española de que España, sociológicamente hablando, es un país mayoritariamente de izquierdas. Quizá tan pintoresca idea haya podido asentarse gracias en buena medida al control que la propia izquierda durante años ha tenido en los medios de comunicación y en el ámbito cultural en general. Pero es igual ahora quién haya asentado la idea. El caso es que se acepta sin mayor necesidad de demostración, incluso sorteando la realidad de las dos mayorías obtenidas por José María Aznar en las elecciones de 1996 y 2000 o a las altas cotas de poder alcanzadas por el centro derecha español en Comunidades Autónomas y Ayuntamientos desde 1978. Y tal lógica no está exenta por supuesto de consecuencias electorales.

De hecho, gracias al mito del techo de la derecha es frecuente encontrarse con gurús demoscópicos aconsejando al PP no despertar al monstruo de la izquierda con campañas mordientes que puedan movilizar a los votantes socialistas. O sea, según estos asesores, el centro derecha español si desea ganar una elecciones al PSOE debe hacerlo casi por sorpresa, por efecto de una alta abstención de sus electores, y no mediante campañas vencedoras. Y José María Aznar ya delimitó en pasados comicios esta estrategia a lo que lleva: «El que juega a empatar casi siempre acaba perdiendo el partido».

Ahora bien, ¿es natural que el PP adapte su mensaje a los nuevos tiempos y modas marcados por los movimientos sociales y por las nuevas generaciones? Es imprescindible hablar el lenguaje de la sociedad, que duda cabe, pero sin confundir conectar (que es cuestión de lenguaje, de símbolos, de personas y de formas) con rendirse a estrategias que vienen marcadas por dogmas encima dictados por el adversario. Como Mariano Rajoy dice el PP necesita actualizar su mensaje y adaptarlo a una sociedad que cambia y a un electorado que cada día exige más rigor, más eficacia y más imaginación». Naturalmente.

Porque más que de techos, el centro derecha español de lo que debe acordarse es de estar con la mayoría natural, en la centralidad. De ahí que sin ser bueno transigir sin más ante los voceros del techo del PP, los que dan por supuesto que los de Génova en condiciones normales no consiguen arrancar votos a la izquierda en ciertos sectores sociales; o lo que es lo mismo, que consideran que la gente no sabe contar y comparar, tampoco quiere decir que los populares no deban hacer un esfuerzo para romper esa mal llamada soledad política de la que se les acusa y en la que en realidad viven en su última etapa. Que fuerzas como CiU, Coalición Canaria, Partido Aragonés Regionalista o Partido Regionalista de Cantabria, pese a estar en el ámbito ideológico del centro derecha, se hayan alejado tanto del PP como para caer en algunos casos en los brazos del PSOE no sólo puede endosarse simplonamente al debe de los de enfrente.

Por Antonio Martín Beaumont y Pascual Tamburri Bariain

Por Pascual Tamburri Bariain, 4 de septiembre de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.