Por Pascual Tamburri Bariain, 26 de enero de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.
Nuestro Gobierno se supera a sí mismo. Sabíamos que era el resultado apresurado de unas elecciones que no esperaban ganar, que se introdujo un cincuenta por ciento de personas por su sexo y no por sus capacidades (pese a lo cual, en algunos casos no faltan del todo), que hubo cuotas regionales y de amistades. Conocíamos su improvisación y sus bandazos internos y externos. Pero lo del sábado no nos lo esperábamos.
Y menos de Bono. Resulta ahora que la víctima omnipresente, de quien uno esperaba después de este escándalo al menos un par de huesos rotos, no fue ni siquiera agredida. Lo dicen sus compañeros de partido, lo dicen sus escoltas (que los había) y lo dice el atestado policial. Así que nada de nada. Bueno, sí, mucho. Mucha mentira y muchísima manipulación.
Es curioso cómo se han invertido los términos desde el 11 M. El entonces Gobierno fue escrupuloso hasta la exasperación en el uso de los medios del Estado, cuando era evidente que el orden público y la seguridad nacional eran puestos en riesgo por los manifestantes del PSOE y de la extrema izquierda. Ni un detenido, ni una carga policial, figurémonos un montaje como el del inconmensurable manchego de Defensa. Nada de nada, entonces.
El PSOE, en cambio, no tiene complejos. No los tuvo para tomar la calle y poner en duda un proceso electoral, saltando por encima de la verdad, del interés general y de doscientos cadáveres, de la mano de comunistas, de republicanos y de independentistas. No los tiene ahora para mentir desde los medios de comunicación ni para emplear los medios del Estado a su servicio. Policía incluida. Ellos sí que saben.
España no se merece un Gobierno que miente. Sobre todo ahora. «Nunca más», decían. Sea. Nunca más creer a un ministro capaz de estas cosas, ni creer en su patriotismo zarzuelero y postizo, muy del gusto de los fachas que ni estaban a su lado en la manifestación ni le pudieron agredir, aunque bien que le habría gustado a don José. Nunca más un paso atrás, ni del PP ni de la AVT, porque está visto que al PSOE donde le duele es precisamente, en la calle.
Por Antonio Martín Beaumont y Pascual Tamburri Bariain
Por Pascual Tamburri Bariain, 26 de enero de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.