Por Pascual Tamburri Bariain, 26 de enero de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.
Dos afiliados del Partido Popular, Barrios y de la Cruz, han pasado a engrosar la lista de los españoles sin libertad. Su libertad de expresión y su derecho de manifestación ha sido considerados peligrosos por el Gobierno, que los ha mandado detener ilegalmente, sin pruebas. Por primera vez en décadas, dos españoles son perseguidos por expresar sus ideas públicamente, en la calle, acusados sin pruebas de algo que no hicieron. O que tal vez nadie hizo.
Dos personas han sido detenidas por participar en una manifestación del PP. Tal es el concepto de libertad que defiende el PSOE, Bono incluido. Recurrir a la mentira pública y a la intervención policial ilegal e intimidatoria es su verdadero estilo.
José Bono ha sido durante años, y especialmente durante los últimos meses, el hombre tranquilizador del PSOE. Si uno atendía a sus palabras, era el cristiano prudente en un Gobierno laicista y anticlerical; el patriota en un gabinete apoyado en los independentistas; el defensor de ciertos principios permanentes frente a quienes, con su mismo color político, parecen dispuestos a todo para conservar el poder. Desde el sábado, muchos creen que se trata sólo de palabras.
Bono cuida su imagen. No podía faltar en una manifestación contra el terrorismo, no podía cometer el error del resto de la izquierda. Pero tampoco podía perder la ocasión de aumentar su propia aureola de centrista, de prudente, de sacrificado patriota y de incomprendido hombre cabal. No se sabe qué pasó en aquella manifestación, pero cada vez es más evidente que se ha manipulado lo que pasó. O incluso lo que no pasó.
Bono es fiel a la etiqueta política que lleva. El PSOE no defiende la libertad de expresión, pues sólo la ha respetado cuando le ha convenido. Recurrir a la mentira pública y a la intervención policial ilegal e intimidatoria es su verdadero estilo. Dos personas han sido detenidas por participar en una manifestación del PP. Tal es el concepto de libertad que defiende el PSOE, Bono incluido. Y no hay mucho más que decir.
Sólo una cosa: que el PP es diferente. Ante una oleada de manifestaciones violentas, ilegales y mentirosas, incluso en plena jornada de reflexión, el PP respetó la libertad de expresión de sus peores enemigos y perdió por ello el Gobierno. Ciertamente los ministros de José María Aznar, y en aquel caso Ángel Acebes, hicieron méritos para ganarse un cielo al que en cambio los mentirosillos no van. Ahora deben encontrar el equilibrio: lo de Bono es poco recomendable, pero con el seráfico franciscanismo del año pasado no volverán al poder. Parece que algo van aprendiendo.
Por Pascual Tamburri Bariain, 26 de enero de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.