Entre lo «discreto» y lo amenazador, Zapatero gobierna

Por Pascual Tamburri Bariain, 29 de enero de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.

José Bono ha ido a Venezuela, en viaje «discreto, pero no secreto». Alguien debería explicar al presidente del Gobierno que, para ser realmente discretas, las cosas no deben verse, ni comentarse. Como las funciones fisiológicas, un Gobierno puede y debe tener actividades «discretas»; pero no puede lanzar comunicados de prensa sobre ellas. Ni sobre los viajes a rendir homenaje a nuestro mejor aliado exterior -un populachero presidente muy poco democrático, agresivo con su pueblo y con sus vecinos- ni mucho menos sobre los contactos con ETA.

Zapatero, como los cobardes, es fuerte con los que cree débiles y débil con los que considera fuertes. Es débil con los grandes poderes. Y donde ve debilidad intenta ser agresivo, prepotente: con el PP y en el BBVA, pero no contra ETA.

El PSOE se considera a sí mismo por encima del bien y del mal, y Zapatero sigue creyendo lo que su madre, que es muy guapo y vale mucho. Tal vez sea verdad, pero por el camino uno y otro se están dejando el talante que ostentaban meses atrás. No hay más plan de gobierno que arrasar con la España tradicional y sus intereses permanentes, empezando por lo que hizo el PP. Y no hay más talante, hoy, que la mentira, la agresividad y el amedrentamiento.

Los dos periplos americanos, simultáneos, son toda una señal de dónde se nos quiere llevar, y de dónde se encuentran algunos a su gusto. Con un semidictador caribeño, con la demagogia resentida de unos, con el regodeo en la pobreza, con la eterna mirada sectaria al pasado de otros. Y mientras tanto las oportunidades de España pasan.

Pero Zapatero quiere colocarse por encima de toda crítica. Como los cobardes, es fuerte con los que cree débiles y débil con los que considera fuertes. Es débil con los grandes poderes dentro y fuera de nuestras fronteras. Y donde ve debilidad intenta ser agresivo, prepotente. Lo ha intentado con el PP, y menos mal que ha encontrado una respuesta digna. Lo ha intentado en el BBVA, y Francisco González se defiende. Lo intenta con muchos, peor no lo hace ni con el nacionalismo ni con ETA.

Por Pascual Tamburri Bariain, 29 de enero de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.