Dos falsos vencedores (más) del referéndum-trampa

Por Pascual Tamburri Bariain, 23 de febrero de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.

No hace falta insistir, porque ya ha habido días suficientes para hacerlo, en los análisis del resultado electoral del pasado domingo. El 20 de febrero los españoles fueron llamados a aprobar un Tratado internacional, que pudo y debió debatirse en las Cortes, y que fue llevado a las urnas por un cálculo partidista de José Luis Rodríguez Zapatero. Éste, necesitado como todo el PSOE de un suplemento a la dudosa legitimidad derivada del 11 de marzo de 2004, quiso hacerse dueño de los «síes» de todos. No lo consiguió, sino que llevó la abstención a cifras impensables. Pese a su control de los medios de comunicación y al voto cautivo de dos regiones meridionales es un falso vencedor.

Pero no es el único. A su vera se agrupan otros falsos vencedores, que el 20 F no alcanzaron sus objetivos, que no obtuvieron ninguna victoria, pero que pretenden haberlo hecho. Deben ser señalados en su falsedad.

Quien no logró ningún éxito el 20 de febrero fue la extrema izquierda. Izquierda Unida y los separatistas regionales de izquierda han hecho un esfuerzo excepcional por movilizar su electorado y por demostrar su fuerza ante Zapatero, a quien siguen sosteniendo pero a quien desean ordeñar más. Su fracaso es el fracaso del «no», que sólo ellos pidieron; y de no haber sido por el hartazgo de otros electores su ridículo habría sido aún mayor. Sólo Batasuna ha demostrado, en este campo, su vigor social totalitario. Zapatero no ha vencido, pero sus aliados tampoco.

Y al otro lado del espejo, si hubiese realmente alguien allí, tampoco habría vencedores. El voto negativo que pidió la constelación microscópica de la extrema derecha no existe más que como género de ficción. Hay un voto negativo al Tratado que no es el de la extrema izquierda, ni por supuesto es el de Batasuna. Pero no es el de ninguna de las extremas derechas; es el voto que José Blanco se ha precipitado a denunciar como extremista, el de Majadahonda, Las Rozas, Goya, Chamberí o Chamartín. Es tal vez el del Ensanche de Pamplona.

Pero ¿de qué derechismo se trata? El que según el PSOE dirigen Ángel Acebes y Esperanza Aguirre, o el inherente a UPN según el PSN. Pues bien, algo ha de quedar claro: que son votos que nunca podrán ir a nadie diferente del PP mientras en el PP se defiendan sus valores esenciales y fundantes. Valores que, por lo demás, en la extrema derecha -falsa y raquítica vencedora – ni se defienden con convicción y eficacia, ni se viven con mayor corrección que en el resto de partidos democráticos. Sepan Zapatero y quienes con él han fracasado que sólo engañarse a sí mismo es peor que mentir.

Por Pascual Tamburri Bariain, 23 de febrero de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.