Ibarretxe, lehendakari de los terroristas

Por Pascual Tamburri Bariain, 23 de junio de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.

Ibarretxe no es presidente de los vascos. Es lehendakari de los nacionalistas, y especialmente de los terroristas a los que debe el poder. Es un rehén. También Zapatero, que depende de los nacionalistas y de la extrema izquierda.

Dos parlamentarios batasunos del Partido Comunista de las Tierras Vascas votaron ayer a Juan José Ibarretxe como presidente de la autonomía vasca. De esta manera, el candidato del nacionalismo y de la extrema izquierda es también el preferido por los sucesores políticos de ETA. Ibarretxe ha aceptado esos votos, y deberá responder de ellos y ante ellos.

Deberá responder de ellos ante el pueblo español, porque la certeza moral de qué hay detrás del PCTV invalida ulteriormente su plan. El nacionalismo vasco vive horas felices, porque cree todos sus objetivos no sólo posibles sino incluso accesibles. Y la situación política permite esa alegría de Ibarretxe. Pero él es representante del Estado en una región de España, debe su cargo al pueblo español, y antes o después deberá responder de cómo ha ejercido ese poder, y de cómo lo ha obtenido.

Deberá, incluso antes, responder ante los votos que ha recibido. ETA nunca da nada a cambio de nada, y si el independentismo avanza gracias a la hijuela de Batasuna los batasunos se cobrarán pronto su libra de carne. Ibarretxe, o alguien en su nombre, tendrá que dar algo a cambio.

Pero todo eso era ya sabido más que temido. Lo realmente temible es la inquietud que el presidente del Gobierno de España transmite a los ciudadanos. Bajo su mandato ETA ha vuelto a tener representantes parlamentarios. La juventudes de ETA son mimadas por los Tribunales. El Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo ha sido dinamitado por el PSOE. Las alianzas internacionales y la firmeza policial que permitían acorralar a ETA han cesado. Y Zapatero sonríe.

Ibarretxe no es presidente de los vascos. Es lehendakari de los nacionalistas, y especialmente de los terroristas a los que debe el poder. Es un rehén. También Zapatero, que depende parlamentariamente de los nacionalistas y de la extrema izquierda, y que políticamente se ha atado a su sueño de negociar con ETA, es un rehén. Pero rehén de sí mismo y de su propio sectarismo.

Por Pascual Tamburri Bariain, 23 de junio de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.