El voto es libre, secreto e igual: también en Galicia

Por Pascual Tamburri Bariain, 26 de junio de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.

Los derrotados en las elecciones gallegas -porque la «mayoría social» de Touriño y Quintana está formada por los partidos que perdieron las elecciones- consideran que el electorado urbano tiene más «valor» que el electorado rural y emigrante.

PSOE y PP esperan ansiosos el resultado final de las elecciones gallegas. Manuel Fraga venció sin discusión una vez más, pero la alianza de la izquierda con la extrema izquierda y los independentistas obliga a los populares a una mayoría absoluta que aún debe confirmarse. Todo depende, en fin, de la provincia de Pontevedra.

Los dos grandes partidos han mostrado en esta tesitura un talante muy diferente. El PP ha sido prudente en su victoria y comedido en sus previsiones. El escaño número 38 parece a su alcance, pero los de Fraga y Rajoy han evitado el triunfalismo. Lo que es más importante: han evitado la descalificación de los votos del adversario. Y los adversarios, en cambio, no pueden presumir del mismo respeto.

Si uno atiende a las declaraciones de socialistas y nacionalistas puede pensar que el voto de los gallegos residentes en el extranjero vale menos que el de los que se quedaron en Galicia. Que se puede sospechar del valor democrático de esas personas y de sus votos. Como si fuesen menores en dignidad. Un escaso talante democrático, y una ofensa a todos los gallegos, a ambos lados del Océano.

Pero la cosa no se detiene ahí. Los derrotados en las elecciones gallegas -porque la «mayoría social» de Touriño y Quintana está formada por los partidos que perdieron las elecciones- consideran que el electorado urbano, en el que perdieron por menos votos, tiene más «valor» que el electorado rural, donde el PP arrasó. Es decir, que se supone en determinados círculos que el gallego del interior tiene menos capacidad de decisión que el de las urbes. ¿Eso es democrático?

En realidad, con esas justificaciones antes de los resultados, puede pensarse que PSOE y BNG temen lo peor. Es decir, temen que una mayoría absoluta de gallegos haya optado por Fraga. Pero es inadmisible que para atacar al PP nieguen el principio de igualdad, como ya hizo la izquierda en 1931 con los funestos resultados que se conocen.

Por Pascual Tamburri Bariain, 26 de junio de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.