Ibarretxe y Zapatero compiten por los favores de ETA

Por Pascual Tamburri Bariain, 28 de junio de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.

En algunos musgosos lugares de la profunda Vasconia, y en algún lugar de la dulce Francia, un puñado de personas viven estas semanas entre el estupor y la felicidad. Son asesinos, peligrosos criminales de diversas edades, delincuentes teóricamente buscados en los cinco continentes. Los dirigentes del grupo terrorista más veterano de Europa nunca han tenido tantos y tan distinguidos pretendientes.

Por una parte, el nacionalismo que pretende ser pacífico, democrático y legal corteja y obtiene sus votos. Ibarretxe necesitaba los votos del PCTV-EHAK para gobernar, y los tuvo. También antes necesitó ese mismo apoyo para que su plan independentista siguiese adelante, y oportunamente ETA consiguió los votos, aunque haciendo presentes sus deseos de una soberanía más completa y más rápida de la que el PNV considera posible obtener a corto plazo. Pequeñas discusiones de familia, porque al fin y al cabo ETA no deja de ser un grupo marxista dentro de la familia abertzale.

Ibarretxe sabe que los favores se pagan, y no tardaremos en saber qué precio. Habrá, como siempre, un precio institucional; y seguramente, en este contexto tan favorable, un precio político, una modulación del plan más grata aún a los nacionalistas armados. Que no van al mismo destino que el PNV, es cierto, pero que comparten una larga parte del recorrido. Lo vimos en Estella y lo vamos a ver ahora.

Lo que no se vio en Estella fue la competencia entre PNV y PSOE por llevar a su agua el gato del terrorismo. Zapatero se ha lanzado a una piscina en la que no sabe, o no sabía, si había agua. En su afán por consolidarse en el poder -al que llegó tras un atentado terrorista aún no aclarado- quiere alzarse con el prestigio de haber liquidado ETA. Poco a poco va descubirndo que la debilidad de ETA se debe a la firmeza de anteriores Gobiernos, y que los etarras -los de San Juan Pie de Puerto, no nos engañemos, aquí al lado- sólo dejarán las armas si se les obliga a ello o si se les conceden todas sus peticiones.

Zapatero tiene prisa, así que ha abierto la posibilidad de concesiones «si dejan de matar». ¿Cuáles? Sin límite. En definitiva, ETA tiene que optar entre el menú bien conocido de Ibarretxe, que llega a la independencia por sus pasos y que después de la autodeterminación implicará un ajuste de cuentas entre nacionalistas para el que algunos ya se preparan, y las oferta «sin límites» de Zapatero, obviando ambas partes la mediación del nacionalismo «moderado». Porque, insistamos, Zapatero tiene prisa.

Lo que ninguna de las tres partes ha tenido hasta ahora en cuenta es la opinión de la gente. En la negociación a tres bandas (ETA, PNV y PSOE) han terciado poderes fácticos y económicos, profesionales de la política, bandas armadas y organizaciones más o menos secretas y más o menos ilegales. Pero no han preguntado a la gente. A los españoles de estas cuatro provincias. A los franceses de allende la muga. Se habla de sutilezas tales como «dos Etas», y cosas aún más rebuscadas; pero no consideran, y José Luis Rodríguez Zapatero aún menos que nadie, que nada salvo un milagro puede convertir el agua en vino. Ni a los navarros de ayer hoy y siempre en algo diferente de su identidad española. Están subastando la piel de un oso que aún puede dar un buen par de zarpazos.

Por Pascual Tamburri Bariain, 28 de junio de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.