Federico Trillo puede ser responsable, pero no así

Por Pascual Tamburri Bariain, 29 de junio de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.

Trillo es responsable de muchas cosas discutibles. Pero no es la izquierda antimilitarista la autorizada políticamente para pedir responsabilidades. Como Ministro de Defensa fue «manifiestamente mejorable», pero José Bono no lo mejora.

Algo sin precedentes democráticos sucedió ayer en el Congreso español: un ministro que ya no lo es hace más de una año -Federico Trillo Figueroa- fue reprobado en la Comisión de Defensa, que lo consideró responsable político del accidente aéreo de hace dos años.

En mayo de 2003, en pleno furor pancartero del actual presidente del Gobierno, 62 militares españoles murieron al estrellarse en Turquía el avión en que regresaban de Afganistán. La gestión política y técnica del asunto no fue de las mejores: a una contratación discutible del avión ucraniano -un Yakovlev 42- sucedieron la inadecuación y cansacio de la tripulación y sucedieron sobre todo las prisas por identificar los cadáveres -operación al menos compleja- y por cerrar el asunto. Cosa que, contra lo esperado, no sucedió. En parte porque las familias afectadas no quisieron, pese a la tradicional resignación de los militares, y sobre todo porque la izquierda cambió de repente todos sus prejuicios.

Ayer se habló de Trillo. Pero no se habló de todo lo que rodeaba a Trillo. De la presión populista contra unas operaciones militares en Asia que ahora el PSOE ha reforzado. De la negativa de la izquierda durante décadas a dotar de medios adecuados a las Fuerzas Armadas, lo que obliga a improvisaciones como el alquiler de aviones. Y esos problemas, de los que el PSOE es responsable en buena parte, se multiplican con las exigencias operativas a las que ahora nos somete nuestra errática diplomacia.

Todo esto no absuelve de culpa a Trillo. Su problema, en realidad, es sobre todo estético, de actitud, de talante. Un jefe -y Trillo, que es militar de carrera, sabe qué responsabilidades implica el mando- no puede descargar en sus subordinados sus propias obligaciones; es más, asume como propios los errores de quienes están a sus órdenes. El general Gómez Arruche, a quien tal vez sienten mejor los mandiles que los uniformes, que sin duda es afín al PSOE dado su actual cargo, era sin embargo un subordinado de Trillo en el Mando Aéreo de Levante. Si Arruche actuó mal en el caso del Yak-42, suya será la responsabilidad militar, pero de su entonces ministro la política.

Hay una persona que ha mostrado más dignidad que Trillo, que Arruche y que Bono juntos, y que sin embargo permanece injustamente olvidada. El general Navarro, del Cuerpo Militar de Sanidad, abandonó una brillante carrera por las autopsias del Yak-42. De esas autopsias y de sus errores el responsable político fue, también, Federico Trillo.

Trillo es, sí, responsable de muchas cosas discutibles, y más en este asunto. Pero no es la izquierda carroñera y antimilitarista la autorizada políticamente o éticamente para pedir responsabilidades. Como Ministro de Defensa fue «manifiestamente mejorable», pero José Bono no lo mejora. En los cuarteles, donde sí hay quien puede legítimamente reprobar a Trillo y a algunos otros, siguen callando. De momento.

Por Pascual Tamburri Bariain, 29 de junio de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.