Por Pascual Tamburri Bariain, 13 de noviembre de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.

El presidente del Gobierno ha sintetizado en su visita oficial a Turquía su estilo, con sus prioridades y su talante. Una polémica mas en torno a José Luis Rodríguez Zapatero; pero no nos engañemos: lo más importante no es el viaje de la Turquía de Erdogan a la cuadratura del círculo, intentando embutir en una Europa occidental y democrática un país cada vez más islamista. Lo más notable es que Zapatero ha vuelto a pasar por Perpiñán.

La presidencia de Zapatero empezó con el «síndrome de Perpiñán». Josep Luís Carod Rovira, siendo aliado de los socialistas en la Generalitat catalana y mano derecha de Pasqual Maragall, se pasó por el sur de Francia y pactó con la ETA. Ofreció apoyo político a cambio de que ETA no matase en Cataluña. Tolerancia con el terrorismo a cambio de no ser atacado. Tan mal estuvo aquello que hasta Zapatero se vio obligado a renegar de Esquerra. Pero ahora ha ido a su Perpiñán particular.

Lo que Zapatero ha hecho en Estambul, con el presidente del Gobierno turco por una parte y con el Grupo de Alto nivel de la Alianza de Civilizaciones, ha sido una versión ampliada de Perpiñán. Zapatero cree que Europa está dispuesta a hacer concesiones importantes al radicalismo islámico a cambio de la paz, ya que, según él, «la paz es el último de nuestros valores que estaríamos dispuestos a sacrificar». En este análisis, las concesiones hechas a los potenciales enemigos de a civilización occidental servirían para canalizar en otra dirección las agresiones islamistas.

No es muy distinto de lo que quiso hacer Carod-Rovira. «Ustedes no atenten en mi casa, y yo a cambio les prestaré legitimidad política y miraré para otro lado si países menos tolerantes que el mío son agredidos». Lo dicho: Perpiñán con vistas al Bósforo.

Por Antonio Martín Beaumont y Pascual Tamburri Bariain

Por Pascual Tamburri Bariain, 13 de noviembre de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.