Por Pascual Tamburri Bariain, 6 de febrero de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.
Al final, Valencia sí que va a tener Estatuto de Autonomía renovado, y va a ser con el apoyo de los dos grandes partidos. Todo un contraste con el caso catalán, que sin embargo está dando lugar a análisis de lo más peregrino. Porque es evidente que el Estatuto ha sido una apuesta muy personal del presidente Francisco Camps, y por consiguiente una victoria suya. Pero ¿quién vence con Camps?
Desde luego, Camps ha demostrado que conoce bien el juego de la política. El PSOE de Pla, manipulado desde Ferraz, creía imposible el acuerdo por haber roto el pacto estatutario. Zapatero trató de forzar la voluntad de los valencianos en los dos aspectos que eran la clave del Estatuto: la lengua y el equilibrio electoral. Y en los dos Camps ha templado hasta conseguir lo que Valencia necesitaba sin que nadie le pueda acusar de malas maneras. Toda una victoria.
La victoria es, pues, de Camps. Pero con él de todo el Partido Popular. Rajoy ahora tiene su mejor argumento para el follón de Cataluña en que el PP ha impulsado el desarrollo autonómico de Valencia. Y es que el PP no es como la izquierda cree o quiere hacer creer.
La política tiene leyes inexorables, desde la Grecia clásica hasta los despachos enmoquetados de nuestros días. Y en política las generaciones se suceden sin posibles «marchas atrás». Una generación tras otra, entre los hombres de Estado, según las responsabilidades desempeñadas. Nadie niega, por ejemplo, que don Manuel Fraga es un activo de gran valor en el PP, pero también está claro que pertenece a una determinada generación; con el tiempo, y desde la base, esa generación fue apoyada, complementada y finalmente sustituida -pero nunca desplazada, un partido es como una familia- por la de José María Aznar. ¿Se ha acabado la vida política de esa generación? Ni mucho menos, porque entre otras cosas la «quinta» de Aznar tiene cincuenta y dos años, casi en la juventud vista la actual esperanza de vida.
Pero es ley de vida y, como ha dicho Esteban González Pons, Camps representa una nueva generación de «peperos». Que comparten los valores de las generaciones anteriores, pero que los expresan de nuevos modos, aprendidos en las tareas de segunda y tercera fila en las que se han curtido. Que apoyan a los que ya estaban en vanguardia, y que tienen mucho que decir en un centroderecha plural, joven y autonomista. Es una generación de la que se esperan muchas cosas, a partir de la Convención del PP en marzo
Por Pascual Tamburri Bariain, 6 de febrero de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.