Por Pascual Tamburri Bariain, 27 de febrero de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.
Marzo va a empezar con un acontecimiento político de envergadura, la Convención Nacional del PP del próximo fin de semana. La cosa no es para menos, cuatro mil personas concentradas en Madrid para estudiar y aprobar un texto político fruto de un debate abierto a la sociedad. Así lo ha querido Mariano Rajoy, en un momento en el que el PP tiene que poner a punto los nombres y las ideas: en medio del follón del Estatut y de la negociación con ETA, van a empezar a llegar convocatorias electorales.
En cuanto a las ideas, no hay problemas. El texto resultante de la Convención va a explicar y aplicar la doctrina salida de los anteriores Congresos del PP. Naturalmente los medios de comunicación van a dar especial cabida a lo que tenga que ver con los grandes problemas de este momento, la cuestión nacionalista por ejemplo, pero en realidad el PP va a reafirmarse en su postura, que se ha demostrado correcta. Aunque se quisiese hacer otra cosa, no sería posible, porque los Congresos son el único órgano capacitado para aprobar ponencias políticas en el PP.
Por lo que hace a las personas, tampoco van a presentarse candidatos electorales, ni se va a producir una renovación de las caras del PP. Rajoy ha confirmado que no hará cambios en su equipo por el momento, así que por ese lado va a ser una Convención tranquila. En ese sentido serán importantes las presencias, las cercanías, las lejanías y la relevancia relativa. Un gran escaparate, en el cual llama la atención el grado de conocimiento que tienen algunos presidentes autonómicos frente a otros, como el de Castilla y León, por ejemplo.
La convención va a ser una buena cosa para el PP, en un momento adecuado. Pero sería un error entenderla como si fuese el bálsamo de Fierabrás para resolver los problemas que existen. Con ella habrá avanzado camino, y tendrá sólidos pilares para el porvenir inmediato en lo que van a decir Aznar y Rajoy al inaugurarla y clausurarla. Pero quedará mucho por hacer, antes de las autonómicas de 2007, en cuanto a las personas -porque Rajoy tiene que tomar decisiones, y nada fáciles algunas- y en cuanto a las ideas -porque los principios permanentes del PP tendrán que declinarse de manera en la España de hoy, sin complejos ni lastres-. Y eso será a partir de la Convención.
Por Antonio Martín Beaumont y Pascual Tamburri Bariain
Por Pascual Tamburri Bariain, 27 de febrero de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.