Ahora sí que ha empezado la negociación

Por Pascual Tamburri Bariain, 11 de marzo de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.

Otro fin de semana cargado de rumores de tregua de ETA o de final definitivo de la violencia. Otro más, y ya van unos cuantos, en el que se azuzan desde La Moncloa todo tipo de especulaciones al respecto.

El caso es que la semana había venido cargada de noticias que reflejaban cualquier cosa excepto que los terroristas estuviesen dispuestos a dejar las armas: oleada de atentados; extorsión cada día más férrea a empresarios vascos y navarros; huelga general el jueves convocada por la ilegalizada Batasuna en Navarra y País Vasco; posible encarcelamiento este mismo lunes de Arnaldo Otegi precisamente por su participación en la huelga ilegal.

Pese a todo, el Gobierno el viernes por boca de su vicepresidenta primera, Teresa Fernández de la Vega, manifestó seguir trabajando en la búsqueda de la paz, «sin atajos, precios o chantajes». Es decir, que el equipo de Zapatero insiste en sus «esperanzas» a pesar de la que parece que está cayendo ¿Con qué nos quedamos?

¿Fracasó la huelga batasuna?

La huelga general convocada por Batasuna el pasado jueves y que ha sido presentada por algunos medios de comunicación como un fracaso, por su escaso seguimiento, demuestra sin embargo que ETA toma fuerza cada día que pasa. Si uno se queda con los porcentajes de huelguistas y el número de incidentes parece que Batasuna ya no es lo que era. Sin embargo, las cosas son muy distintas.

La huelga fue una muestra de poderío por parte de Batasuna. Lo que pasa es que no intentaban mostrar esa fuerza a la sociedad en general, sino a su propio entorno y a quienes negocian con ellos. Hubo, sí, pocos huelguistas en números absolutos, pero la maquinaria etarra está ya perfectamente engrasada, ha demostrado su capacidad de sobrevivir a años de ilegalización manteniendo un control total sobre su parte de la sociedad. Y en esos sectores sociales ahora mismo hay euforia. La prueba de fuerza es parte de la negociación, señal de la misma, y no de un enfrentamiento que ha dejado de existir.

ETA negocia con ventaja

En realidad, la instalación de José Luis Rodríguez Zapatero en una situación como si ya estuviésemos inmersos en su añorada tregua rebaja la tensión de las fuerzas policiales contra la banda terrorista y permite a los criminales y a sus organizaciones afines fortalecerse. ¿Hubiese podido ETA convocar esa huelga general hace tan solo dos años? En absoluto. ¿Cuántos terroristas han sido detenidos en los últimos meses en España? Pues ninguno.

La oleada de atentados de ETA así como la campaña de extorsión a empresarios de las últimas semanas, junto a esa huelga general, indican cómo los pistoleros vascos ponen sobre la mesa sus activos de cara a la negociación con el Gobierno, por un lado, y, también, cómo el nacionalismo vasco forcejea para saber, cuando llegue el momento, quién será –ETA o el PNV– quien lleve la voz cantante en el futuro proceso de «construcción nacional» de Euskalerría. Lo que demuestra que la política antiterrorista del Gobierno es cualquier cosa menos antiterrorista.

¿Qué van a negociar?

En cuanto al posible encarcelamiento del batasuno Otegi por orden del juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande Marlaska, fuentes judiciales consultadas señalan que se trataría de un pulso en toda regla al Gobierno por parte del poder judicial que se niega a que en España se negocie con los terroristas olvidándose que en un Estado de Derecho nadie está al margen de someterse al peso de la ley. De momento, jueces como Grande Marlaska aguantan, pero se verá hasta cuando y cómo, al final, acaban las cosas.

Lo más interesante es la posición del Fiscal General del Estado. Cándido Conde Pumpido se ha apuntado a la idea de detener a Otegi. Porque no puede evitarlo, entre otras cosas; así que el PSOE hace de necesidad virtud, y convierte el reto de los jueces y fiscales independientes en una pequeña baza en su negociación con los nacionalistas.

En esa negociación, ¿cuáles son las prioridades de Zapatero? La primera, convertir al PP en algo marginal; la segunda, que el PSE de Patxi López vuelva al poder, mientras que una tregua de ETA se convierte en baza electoral del propio Zapatero. Si el precio para eso es una nación vasca, con derecho a la autodeterminación de un modo u otro y con la anexión de Navarra en cuanto sea posible, lo harán. Y si no al tiempo: de hecho, quienes saben de esto dicen que una prioridad para Zapatero ahora mismo es echar a Miguel Sanz del Gobierno de Navarra, porque mientras UPN («los populares de Navarra», como dijo el mismo presidente foral en la Convención del PP) siga en el poder le falta una pieza esencial. Pieza, por supuesto, en la negociación que prosigue.

Por Antonio Martín Beaumont y Pascual Tamburri Bariain

Por Pascual Tamburri Bariain, 11 de marzo de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.