-La memez de la semana: «Un diálogo sin prejuicios ni condiciones» en el Aberri Eguna

Por Pascual Tamburri Bariain, 10 de mayo de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.

El nacionalismo vasco celebra hoy, como cada domingo de Pascua, su día nacional. El Aberri Eguna congrega hoy miles de personas y muchas esperanzas. Todos los sueños que durante más de un siglo han sido imposibles son hoy probables, y el PSOE de Zapatero participa en ellos.

Las mujeres del PSOE vasco y navarro participan, por ejemplo, en este llamado «proceso de paz». Están en un movimiento que se llama a sí mismo «Voces para la paz» (Ahotsak, en eusquera). Están las socialistas, pero también las nacionalistas de todo tipo y pelaje, incluyendo por ejemplo a Jone Goirizelaia abogada y diputada de Batasuna y a la peneuvista Gema González de Txabarri.

La paz es la contraseña para reunir en torno a un único documento y un único proyecto a representantes femeninas de la ETA, de Batasuna, del PNV, de EA, de Aralar, comunistas, de toda la extrema izquierda extraparlamentaria y del Partido Socialista. Juntas, y con autorización de sus respectivos líderes políticos, afirman que quieren ser «agentes activas en la búsqueda de soluciones para afianzar la paz». Ya. Pero ¿qué paz pueden hacer juntas las víctimas y los verdugos?

No es difícil saberlo, porque juntas lo han anunciado. Quieren que haya «un diálogo sin prejuicios y sin condiciones».

¿Lo han leído ustedes bien? Sin prejuicios, porque la verdad y la mentira dejarán de ser diferentes, la legalidad y el delito serán sólo dos opciones igualmente legítimas, el crimen y la justicia quedarán en pie de igualdad. Sin Condiciones, porque la paz se confunde con el final de los crímenes de ETA, y qué mejor manera que hacer posibles las metas de ETA. Sin condiciones: una excelente posición para negociar la rendición, pero no la de los asesinos al Estado sino la de éste a las peticiones de los nacionalistas.

No sorprende ni preocupa que los nacionalistas (y las nacionalistas) lleguen a este Aberri Eguna compartiendo estas ideas. Siempre lo han hecho, aunque hayan querido a veces llegar por caminos diferentes. Lo nuevo, lo preocupante, lo angustioso para el futuro del país es que los y las socialistas aceptan la definición que los y las nacionalistas dan de la paz.

¿Por qué? Importa poco si es por convicción o por interés, si creen de verdad hacer un bien a los españoles, si quieren lucrarse personalmente o si aspiran básicamente a crear un nuevo régimen en el que la derecha no tenga cabida. La cuestión es que lo han hecho, han dado el paso, han cambiado de bando y aspiran a que los demás aceptemos eso como «paz».

Pero queden las cosas claras: la prensa nacionalista ha coincidido en señalar ese texto por su «contenido político potente»: territorialidad y derecho a decidir. Es decir, entrega de Navarra y secesión reconocidas. Y ante eso es preciso señalar que cargos electos del PSOE navarro -la vicepresidenta del parlamento, una integrante de su Ejecutiva regional, una concejala de Pamplona, por ejemplo- se sientan junto a terroristas y respaldan sus metas. Bien es cierto que la no siempre prudente ni moderada socialista Helena Berruezo, presente en el acto y firmante del texto, ha dicho que José Luis Rodríguez Zapatero «está absolutamente de acuerdo con todo lo que se está haciendo desde aquí».

Que lo recuerde Navarra, ya que en ella y por ella se va a decidir el futuro de este «proceso» y el de España.

Por Pascual Tamburri Bariain, 10 de mayo de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.