Por Pascual Tamburri Bariain, 28 de mayo de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.
Cada árbol da los frutos que puede. Dicho con un cierto poso de sabiduría popular, la verdad es que cada persona tiene cualidades para un tipo de actividad, y en cambio puede estar menos dotado para otras cosas. Estos días lo estamos viendo en la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados, donde José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy Brey dirimen sus respectivas posiciones en el futuro de España.
En el fondo, pueden parecer dos personas con muchos puntos de proximidad. El titular y el aspirante -para emplear un símil deportivo- proceden del Norte de España, de familias de clase media. Los dos afirman tener, precisamente, aficiones deportivas, y los dos eran muy jóvenes al terminar el franquismo, que no vivieron de manera activa. Ambos eran estudiantes durante la Transición, y los dos estudiaron Derecho. ¿Dos hombres nacidos para entenderse?
Mariano Rajoy, un corredor de fondo
El líder de la oposición fue un estudiante brillante en la Facultad de Santiago de Compostela, y preparó precozmente una de las oposiciones más duras de la Administración del Estado. Fue el Registrador de la Propiedad más joven de España, y eso sin rebasar el ecuador de la tercera década de su vida. Eso implica hábitos disciplinados y capacidad de sufrimiento, y, por lo demás, que conoce de memoria todos los Códigos habidos y por haber. Además, se ha enfrentado con éxito a un tribunal en examen oral, y eso ha dejado en él un poso evidente. No sólo quiere conocer con precisión los asuntos, sino que sabe expresarlos con claridad. Es, tal vez inevitablemente, ciclista: un deporte que requiere preparación a largo plazo y que moldea el carácter. Un opositor acostumbrado al éxito después de habérselo ganado, con todos las ventajas y los inconvenientes que esto implica.
Zapatero, velocidad e imagen
El presidente es también licenciado en Derecho, por la entonces joven Universidad de León. Una Facultad en proceso de creación cuando él pasó por allí, y en la que, a pesar de sus notas menos aparatosas, fue profesor ayudante de Derecho Constitucional hasta conseguir el acta de diputado en 1986. A Zapatero le gusta el baloncesto, deporte rápido, y le emociona el fútbol «brasileño» del Barça. Frente a la disciplina y la profundidad que Rajoy adquirió en su formación, Zapatero es un carácter abierto al pública, capaz de ganarse auditorios sólo por su talante.
A lo largo de estos días Rajoy ha desmenuzado, con tono pedagógico y sosegado pero sin olvidar nada, los problemas del país. Ha aportado datos, causas, consecuencias y soluciones. Técnicamente el opositor Rajoy se adapta a la tribuna del Congreso con brillantez, y Zapatero no puede competir. Pero a veces le bastan una frase, un gesto y diez segundos de televisión para rebatir toda la enjundia de su rival.
Por Antonio Martín Beaumont y Pascual Tamburri Bariain
Por Pascual Tamburri Bariain, 28 de mayo de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.