ETA empuña las armas burlándose de Zapatero y su «paz irreversible»

Por Pascual Tamburri Bariain, 24 de septiembre de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.

«Confirmamos el compromiso de seguir luchando firmemente, con las armas en la mano, hasta conseguir la independencia y el socialismo de Euskal Herria». El sábado el nacionalismo vasco radical celebraba el «Gudari Eguna» (el «Día del Soldado») rindiendo homenaje en distintos actos, que fueron tolerados por las Fuerzas de Seguridad, a las anteriores generaciones de terroristas de ETA. En uno de esos actos públicos, en Oyarzun (Guipúzcoa), tres encapuchados, armados, leyeron un comunicado de ETA en el que la banda confirmaba su existencia y su voluntad de conseguir sus objetivos sin renunciar a ninguno de ellos, ni a la violencia. Realizaron disparos al aire mientras la violencia callejera ha vuelto al País Vasco y a Navarra.

El presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, considera irreversible el llamado «proceso de paz», como explicaba ayer el diario oficioso El País. El PSOE considera que la banda ETA no abandonará el alto el fuego decretado hace seis meses, y que los etarras no volverán a matar. Esa seguridad, reiteradamente expuesta por los responsables gubernamentales, no tiene sentido a la luz de las declaraciones de la misma ETA. Si los terroristas están decididos a alcanzar sus metas de siempre «con las armas en la mano» las certezas de Zapatero carecen de fundamento.

Hay, por supuesto, una hipótesis peor, pero incompatible con la España constitucional. Zapatero sabe que sí puede alcanzar una «paz» definitiva, pagando el precio que ETA ha fijado: amnistía, entrega de Navarra y autodeterminación ahora, para «construir el socialismo» después. Ese precio no puede ser pagado, en ninguno de sus extremos y bajo ninguna forma, por un Gobierno legítimo y democrático. Así que en el mejor de los casos Zapatero se estaba engañando respecto a ETA y en la peor de las hipótesis el presidente ha querido ocultar la verdad a los españoles.

Lo único seguro es que ETA se burla del presidente. La banda odia a los gobernantes españoles firmes en su tarea, y desprecia a los que flaquean. Zapatero flaquea, y es visto como una oportunidad histórica por el mundo abertzale radical: la oportunidad de conseguir en mesas de negociaciones políticas lo que no pudieron obtener por la fuerza contra la democracia. ETA se refuerza y está crecida, mientras que Zapatero mendiga sus gestos ya en clave puramente electoral. El presidente piensa en su partido, y en sus encuestas, mientras que ETA piensa en una victoria decisiva. Para ellos, «la lucha no es el pasado, sino el presente y el futuro». No son buenas noticias, y Zapatero debería dar una explicación pública del punto en el que se hallan sus tratos con la banda.

Por Pascual Tamburri Bariain, 24 de septiembre de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.