Por Pascual Tamburri Bariain, 26 de septiembre de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.
Decir que al Partido Popular le ha tocado la lotería es mucho decir; al menos antes de mayo de 2007 será mejor que nadie lo piense así en la sede de la calle Génova en Madrid. Pero la verdad es que la doble retirada de los dos «pesos pesados» socialistas Juan Carlos Rodríguez Ibarra y José Bono en dos Comunidades como Extremadura y Castilla La Mancha abren oportunidades que antes no parecían existir. Allá por mayo de 2007, cuando los Reyes hayan tenido su nuevo nieto, veremos cuál es el veredicto de las urnas.
Hasta ahora, el centroderecha nunca ha gobernado ni participado en el Gobierno autonómico de Andalucía, Extremadura ni Castilla La Mancha, que han sido durante toda nuestra democracia el «hueso del jamón» del PSOE, la mejor baza en buenos y malos tiempos. Cada una de estas comunidades tiene sus peculiaridades y su problemática, pero está claro hoy por hoy que Mariano Rajoy necesita para aspirar a la Moncloa que sus candidatos en cada una de estas tres regiones hagan bien la tarea. Y pueden hacerlo.
El que más difícil lo tiene es Javier Arenas, frente a Manuel Chaves en Andalucía. No desde luego por los méritos excepcionales como estadista del presidente regional, sino porque el poder local y territorial del PSOE, atrincherado en las instituciones, es mucho bocado para el PP andaluz. Tendrán que cambiar muchas cosas para que esa región dé un vuelco, pero Rajoy necesita que la diferencia de votos entre PP y PSOE disminuya, y después ya se verá.
Carlos Floriano en Extremadura se ha encontrado con lo que no esperaba, considerando la retirada de Ibarra. No es que el PSOE extremeño sea Ibarra, pero si en algún momento es posible aprovechar el voto joven y urbano del PP para dar una sorpresa va a ser en 2007, y en Ferraz lo saben. Y lo temen: se ha acabado la seguridad por la parte de Mérida.
Mientras, por la parte de Toledo, María Dolores de Cospedal se encuentra en una situación agridulce. Bono dejó como heredero a Barreda al ascender al ministerio, y en el PSOE manchego se vive el desconcierto de una sucesión no totalmente limpia. Curiosamente, los muñidores locales del voto socialista están empleando contra Cospedal su condición de madre soltera, buscando para su candidato un voto sociológicamente conservador que en la región es sabido que votaba hasta ahora a Bono en las autonómicas y a José María Aznar en las generales. En una región con un cincuenta por ciento de voto rural está claro que ciertos gestos cuentan, y paradójicamente Barreda no desdeña los apoyos que le pueden venir de su rancio abolengo. Si Cospedal cuida más su «frente campesino» evitará repetir la suerte del «cunero» Adolfo Suárez Illana, y el PP entero le agradecería que aprovechase su oportunidad. Que la tiene.
Por Antonio Martín Beaumont y Pascual Tamburri Bariain
Por Pascual Tamburri Bariain, 26 de septiembre de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.