Por Pascual Tamburri Bariain, 26 de septiembre de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.
En menos de dos días las operaciones financieras en torno a la eléctrica española Endesa han dado un giro inesperado. La Unión Europea ha intervenido decididamente en la cuestión pendiente de la OPA de la alemana E.On, enfrentada a la presentada por La Caixa a través de Gas Natural. Simultáneamente, el grupo de servicios Acciona, basado en la construcción pero ya con importantes intereses energéticos, ha mostrado también su interés en controlar hasta un 25% de Endesa, pagando por cada acción casi el doble de lo ofrecido por Gas Natural. Las espadas están en alto en un asunto que ha dejado en evidencia al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Hace un año Gas Natural presentó una OPA hostil sobre Endesa, una empresa mucho mayor en volumen, y ofreció pagar a los accionistas un precio inferior al valor objetivo de la acción en el mercado. Endesa resistió, pese a la evidente voluntad política del entonces ministro de Industria José Montilla de que la operación saliese adelante. En el contexto de las negociaciones del nuevo Estatut catalán, la entrega de la eléctrica a Gas Natural era concebida por sectores del PSC y del nacionalismo catalán como «una parte importante» de la nueva autonomía catalana.
Meses después, el gigante energético europeo E.On presentó una OPA alternativa, mucho más generosa con los accionistas, que fue recibida prudentemente en la Endesa de Manuel Pizarro, y que en cambio suscitó la hostilidad de los Gobiernos catalán y español. El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro Solbes, se ha mantenido en un discreto segundo plano, pero el Gobierno en su conjunto ha manifestado su clara preferencia por la OPA de Gas Natural, a pesar de ser menos beneficiosa para los accionistas. El Gobierno de Zapatero ha actuado en este asunto con un estilo intervencionista propio de otras décadas, y con un estatalismo no justificado ni por el servicio a los ciudadanos ni por la defensa de los pequeños ahorradores.
Anteayer lunes a la OPA de Gas Natural y a la de E.On se añadió el anunció de la constructora Acciona de poseer ya el 10% de Endesa y de plantearse alcanzar el 25%. Acciona, a través del Banco de Santander, ha confirmado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que ya ha invertido 3.388 millones de euros en Endesa, cuyas cotizaciones bursátiles se suspendieron. Aún no está claro el alcance político y financiero de esta nueva operación, que no se ha cerrado, pero que ha dejado claro que el tiempo de la manipulación partidista de las empresas privadas ha terminado.
Ayer martes la Comisión Europea dejó muy clara esta idea al Gobierno español al pronunciarse sobre la legalidad de las condiciones impuestas por la Comisión Nacional de la Energía a la OPA de E.On Bruselas ha declarado fuera de la legislación comunitaria las condiciones que se exigieron a la empresa alemana y no a Gas natural, y ha dictado una resolución inmediatamente vinculante para nuestro Gobierno. El nuevo ministro de Industria, Joan Clos, no tiene más remedio que aplicar la orden europea. Del mismo modo, la ampliación de competencias de la Comisión Nacional de la Energía, que se realizó para impedir la OPA de E.ON, ha merecido un dictamen motivado de la Unión, que da a España dos meses para justificar o anular la modificación legal si se quiere evitar una acusación ante el Tribunal de Justicia de la Unión en Luxemburgo. Y es que, decididamente, se ha acabado la época en la que los Gobiernos hurgaban en el patrimonio de sus ciudadanos y en las decisiones de las empresas para favorecer intereses de los partidos. Sería bueno que Zapatero tomase nota.
Por Pascual Tamburri Bariain, 26 de septiembre de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.