Por Pascual Tamburri Bariain, 27 de septiembre de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.
Ayer el movimiento abertzale celebró el «Gudari Eguna», es decir el «Día del Soldado». Los festejos empezaron la semana anterior, con un recrudecimiento general de la violencia callejera en el País Vasco y en Navarra, ataques a medios de comunicación, bancos, trenes y autobuses. El pasado fin de semana, en Oyarzun (Guipúzcoa), tres terroristas de ETA con armas de guerra y encapuchados incitaron a una manifestación de nacionalistas a la lucha «por la independencia y el socialismo». Ayer, convocados por Segi -las juventudes ilegales de la ilegal Batasuna- miles de jóvenes se manifestaron con idénticos propósitos, autorizados por el juez Santiago Pedraz.
No son condiciones que puedan llamarse de paz y de normalidad. La extorsión terrorista continúa. Miles de personas no pueden vivir libremente, han abandonado sus domicilios o llevan escolta. Y esa violencia, que lejos de cesar aumenta, es ejercida unilateralmente por una banda armada contra la legalidad, las instituciones y el orden del Estado. Desde ese Estado, sin embargo, el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero insiste en su voluntad de negociar con ETA en un «proceso de paz» que los terroristas han delimitado siempre con claridad: si no alcanzan sus metas no podrá haber paz.
En el País Vasco y en Navarra no hay paz. ETA no mata hace un tiempo, pero todas las demás formas de violencia se han incrementado, y la banda está adquiriendo una capacidad creciente de matar. La llamada «tregua indefinida» no es, para las Fuerzas de Seguridad y para las víctimas del terrorismo, más que una broma macabra. Pero el presidente del Gobierno quiere negociar la paz con ETA, después de años de contactos de su partido con los representantes políticos de los terroristas.
Ayer miércoles, en el Congreso de los Diputados, Zapatero incurrió en la contradicción de reconocer el aumento repentino de la «violencia callejera» pero acto seguido, en la misma intervención, insistió en que «el Gobierno mantiene sus planes». Que, como es sabido por reiteradas declaraciones desde el PSOE y el Gobierno, consisten en lograr la paz con ETA. Y ETA ya ha explicado cómo y a cambio de qué está dispuesta a la paz: mediante la rendición del Estado, la liberación de los criminales, la entrega de Navarra y la autodeterminación.
El alcance de las palabras de Zapatero podrá medirse en los próximos meses o incluso semanas. Ayer, a la petición del líder de la oposición Mariano Rajoy de «explicar en la Cámara que no se va legalizar a Batasuna», Zapatero respondió reiterando sus ya conocidas condiciones de respeto de la legalidad y de las normas del Estado de Derecho. Pero lo cierto es que esas condiciones hoy no se dan, y ni siquiera si se considerase posible una desaparición pactada de ETA compatible con la vida democrática de España sería hoy el momento de pensar en dar esos pasos. Zapatero tendrá que demostrar, pues, su coherencia.
Por Pascual Tamburri Bariain, 27 de septiembre de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.