Y ahora Navarra, donde España se lo juega todo

Por Pascual Tamburri Bariain, 9 de marzo de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.

Pilar Ruiz Albisu, madre del concejal asesinado Joseba Pagazaurtundúa, escribió una carta al socialista Patxi López: «Ya no me quedan dudas de que cerrarás más veces los ojos y dirás y harás muchas más cosas que me helarán la sangre, llamando a las cosas por los nombres que no son. A tus pasos los llamarán valientes. ¡Qué solos se han quedado nuestros muertos!» El «proceso de paz» había empezado y estaba ya clara la factura de ETA a Zapatero, pero éste aún no había dado señales inequívocas de rendición. Hoy, con De Juana fuera de la cárcel, los navarros no podemos dudar que este Gobierno está dispuesto a helar la sangre a los españoles y a traicionar a los muertos. El precio somos nosotros.

La situación excepcional creada por Zapatero nos obliga a todos a movilizarnos, para defender España, y a tomar la calle mañana en Pamplona siguiendo un llamamiento de la Diputación Foral que no carece de precedentes históricos cercanos y lejanos. Somos los navarros, los de siempre, y como siempre necesitamos además el apoyo, la ayuda y el estímulo de quienes ven en Navarra un baluarte de la identidad común contra la disgregación. Los navarros no quieren ser súbditos de De Juana, y su lucha es la de todos porque, como Otegi y ETA -valga la redundancia- han dejado muy claro, «sin Navarra no hay proceso».

Enemigo de la libertad de Navarra es el nacionalismo vasco en todos sus matices. Aliado del nacionalismo es, puede ser o no renuncia a ser el PSOE de Zapatero, de López y de Fernando Puras. Colaborador necesario del proyecto de nacionalistas y nacionalistas es el distante escepticismo de sedicentes intelectuales, individualistas de todo género, frígidos observadores egoístas del drama de España que se consideran por encima del bien y del mal, que miran con desprecio al pueblo que se siente español porque lo es y lo manifiesta porque es su deber y derecho. Contra esa alianza de abertzales, socialistas y relativistas nos manifestamos mañana por la libertad, por la verdad, por la identidad de Navarra y por la entereza de España.

Ya se demostró en Madrid el sábado pasado que el pueblo español es mucho mejor que la media de sus políticos profesionales, y los principios que hoy están en peligro valen más que las bajezas, trifulcas e intereses mezquinos de los candidatos de 2007 y 2008. La resaca de felicidad y de triunfo que viven hoy los españoles orgullosos de serlo debe llevar a unas conclusiones políticas inexcusables: para bien o para mal todo voto que no vaya al PP y especialmente a UPN será un voto perdido para España, y por el bien de todos es necesario que la manifestación de mañana sea una oleada más de entusiasmo. Ya no hay dudas en Madrid, y debemos ahogarlas en Pamplona. Para lo demás, tiempo habrá después.

Por Pascual Tamburri Bariain, 9 de marzo de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.