Un año de «alto el fuego» y de rendición del Estado ante ETA

Por Pascual Tamburri Bariain, 22 de marzo de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.

El 22 de marzo de 2007 ETA anunció en un comunicado un «alto el fuego permanente». No era la rendición ni la entrega de las armas de la banda terrorista, como habría exigido la dignidad del Estado de Derecho y como habían deseado durante décadas los hombres y mujeres que habían luchado contra ETA. No era la «tregua definitiva» que se suponía requisito mínimo para lograr el final del terrorismo sin contrapartidas políticas. A pesar de la fragilidad de la situación, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se embarcó en un polémico «proceso de paz».

ETA siempre ha dejado muy claras sus premisas para tal «paz», entendida como «final negociado de la violencia. La banda abertzale no ha renunciado a la independencia de su proyectada Euskalherria, ni ha dejado de exigir la anexión de Navarra, ni admite la ilegalidad de sus brazos políticos, sociales y económicos. A cambio de todo eso ETA ofrecía a Zapatero sólo la «paz», es decir el final de su propio terrorismo.

El año transcurrido no ha sido, sin embargo, un año de paz, como explicó ayer el secretario general del PP Ángel Acebes. A un año del alto al fuego permanente de ETA, «lo único permanente han sido las amenazas, el terror, las cesiones del Gobierno como hemos visto en estos doce meses». Al empezar el «alto el fuego» ETA llevaba tres años sin asesinar, no por falta de voluntad sino por la presión policial incrementada por los Gobiernos del PP. Durante un año ETA se ha rearmado robando armas de fuego en Francia, ha extorsionado a empresarios vascos y navarros, ha reclutado y entrenado a los integrantes de nuevos comandos.

El balance más importante de este año, por lo que se refiere a la banda terrorista, es su reforzamiento y el regreso de los atentados. El Gobierno y el PSOE han dialogado con ETA y con Batasuna, sin llegar a un acuerdo definitivo pese a sus acercamientos. En el curso de esa negociación ETA voló, el 30 de diciembre de 2006, la terminal T-4 del aeropuerto de Barajas, donde murieron asesinados dos trabajadores extranjeros. Por si hubiese pocas pruebas antes, ¿puede hablarse desde entonces de «alto el fuego»?

El Gobierno quiere creer que sí, porque sus bazas electorales y su proyecto político pasan por un acuerdo con ETA que pueda presentarse a la opinión pública como el fruto de la política de Zapatero. En las últimas semanas y en los últimos días el etarra Ignacio De Juana Chaos ha salido de la cárcel, tras chantajear al Estado, por una decisión del Gobierno, y el dirigente de la ilegal Batasuna, Arnaldo Otegi, ha recibido un trato de favor por parte de la Fiscalía General que dirige Cándido Conde Pumpido a las órdenes de Zapatero.

Como en 1998 y 1999, el alto el fuego es una trampa de ETA. Según Acebes «el Gobierno es cómplice de la trampa que se está haciendo a los ciudadanos», ya que ETA no ha renunciado a nada, no ha concedido nada y ha colocado al Gobierno en una posición de inferioridad. ETA sólo quiere negociar los modos y los plazos de su victoria, y el año transcurrido no ha sido un año positivo para la democracia en España.

Por Pascual Tamburri Bariain, 22 de marzo de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.