Pere Navarro, un político inadecuado para unas carreteras inseguras

Por Pascual Tamburri Bariain, 10 de abril de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.

Los días de Semana Santa terminaron ayer lunes con el balance obligado de los accidentes en las carreteras españolas. La Dirección General de Tráfico, a cargo de Pere Navarro, dispuso de 8.000 agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, de 400 funcionarios especializados del Ministerio del Interior y de cientos de radares fijos y móviles para el control de la velocidad. Navarro, sin ser nunca desautorizado por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, planteó estas vacaciones como un reto para la seguridad vial. Los datos le han quitado la razón.

Ha sido la primera Semana Santa con el carné por puntos en vigor. La pretensión del Gobierno, al introducir el nuevo carné, fue mejorar la seguridad de los viajeros por carretera, y hubo un amplio consenso social en la oportunidad de la medida. Otros países europeos, como Francia e Italia, ya habían dado con éxito el mismo paso. Navarro, sin embargo, daba por hecho que no se llegaría a las cien muertes y que las cifras serían mejores que las de 2006. Con los dramáticos números de hoy sobre la mesa, y en sus propios términos, puede afirmarse que Navarro ha fracasado.

Una Ley no soluciona milagrosamente un problema social, y la de Seguridad Vial no es una excepción. Un solo muerto en las carreteras ya es demasiado, pero los accidentes tienen muchas causas que las leyes sólo pueden resolver en parte. El carné por puntos y las sanciones que lleva aparejadas no han fracasado, pero sí puede considerarse fracasado quien esperaba de esta norma la solución radical de los problemas de tráfico. Los controles de velocidad, las sanciones y la retirada de carnés sólo pueden ser parte de una política global, que sólo tendrá sentido a medio y largo plazo. Pere Navarro se equivocaba si pensaba que él tenía la varita mágica para acabar con los accidentes.

La seguridad vial requiere medios y tiempo, porque es un problema social y estructural más que político. La red secundaria de carreteras, que es donde más accidentes se producen y que depende de las Comunidades Autónomas, no recibe las debidas atenciones. La Guardia Civil dispone de efectivos muy escasos para decenas de miles de kilómetros de vías, en buena parte saturadas o mal mantenidas. Y hay un problema de conciencia social respecto a la velocidad en carretera, que las sanciones sólo pueden paliar. Los accidentes son un problema social de la mayor gravedad, que debe ser solucionado en la sociedad y que sólo marginalmente será corregido desde el Boletín Oficial del Estado. Ahora bien, lo que parece más claro es que un director general como Pere Navarro, que puso a su propio fracaso una cifra, para ser coherente consigo mismo debería dejar ahora sus funciones.

Por Pascual Tamburri Bariain, 10 de abril de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.