Los curas aciertan, los obispos dudan: Educación (para la ciudadanía)

Por Pascual Tamburri Bariain, 1 de junio de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.

Zapatero y Mercedes Cabrera se han salido con la suya: en septiembre se aplicará la LOE, sólo algunas Comunidades del PP retrasarán el invento (Navarra no), los curas de la FERE impartirán Educación para la Ciudadanía en sus colegios, la editorial de los marianistas (SM) ha preparado un manual al efecto y el profesor José Antonio Marina cree que no hay derecho a la objeción de conciencia en este caso, y que «el derecho de los padres a educar a sus hijos no es un derecho absoluto».

(Bien, lo sé: estamos empezando un blog, soy navarro y Zapatero acaba de soltar al asesino De Juana. Pero otros lo pueden escribir mejor y el Código Penal limita qué puede decirse: así que prefiero recordar un tema menos urgente pero más importante)

Los profesores y los padres son, exactamente como los alumnos y no más que ellos, hijos de nuestro tiempo. Yo intento dar clase justo frente a la ciudad de Quintiliano, quien dejó escritas unas cuantas cosas que ni los obispos, ni los progres, ni el PSOE, ni el PP, ni Cabrera, ni Zapatero, ni los padres ni, ay, demasiados docentes, recuerdan.

«Asuma ante todo un espíritu de padre con respecto a sus alumnos, y piense que está en el lugar de aquellos que le han confiado a sus hijos (…). Diga alguna vez, es más, muchas, y diariamente, cosas que sus oyentes guarden consigo. [Pues] la viva voz alimenta mucho más, y, sobre todo, la del maestro al que sus discípulos, si están bien educados, aman tanto como veneran. No se puede decir cuánto más gustosamente imitamos a quienes amamos». Como decía Kipling en su Stalky, estamos in loco parentis; y no tiene sentido enzarzarnos en el nombre de una asignatura si contamos los días que faltan para cobrar la nómina, las semanas que quedan hasta fin de curso o los años hasta la jubilación. Hoy, como siempre, sólo el deber de enseñar -con la conciencia de que trabajamos con personas y no con tornillos ni con libros de cuentas- nos da derecho a exigir.

«Después de hablar bastante de los deberes de los maestros, a los discípulos, entretanto, sólo les recomiendo esto: que amen a sus maestros no menos que a los mismos estudios (…). Finalmente vendrán contentos y entusiasmados a las reuniones de las escuelas, no se enfadarán cuando se les corrija, se alegrarán cuando se les alabe, y se dedicarán al estudio para ser los más queridos». Porque el maestro está para dar algo que la familia no puede dar; los padres elegirán dónde y cómo, pero no pueden entrar en el aula. No es casualidad que los religiosos hayan dedicado unos siglos a enseñar, y hayan concluido esto, y que en cambio los socialistas, como los obispos, estén pecando de pardillos. La educación para la ciudadanía y la objeción de conciencia quedarán en mera anécdota. Nuestros problemas son otros.

(http://www.intratext.com/IXT/LAT0332/_PN.HTM)

¿QUÉ VALORES?

El PSOE ha planteado, con la Educación para la Ciudadanía, un debate decisivo: ¿Puede el Estado suplantar a la familia? ¿Puede la familia interferir en la milenaria libertad de cátedra? ¿Pueden los profesores pedir lo que no dan y exigir lo que no se exigen?

Por Pascual Tamburri Bariain, 1 de junio de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.